Irracional y absurdo

Los últimos hechos vandálicos en El Alto de La Paz, nos muestran un total retroceso de la reacción humana a estas alturas del tercer milenio.

La obcecación, la terquedad, el fanatismo extremo, el sin sentido de la acción violenta y la ignorancia de reglas mínimas de comportamiento, lamentablemente muestran que una parte (afortunadamente mínima) de la población boliviana está equivocando el camino.

IRREVERSIBLE

Sin duda, quienes eran seguidores del expresidente Morales, sienten el dolor de la partida de éste al autoexilio. Muchos ya asumen la realidad tangible de los hechos suscitados y saben que lo acontecido ya es irreversible, por lo que no es tan sencillo pretender que un posible retomo de don Evo, cambie las cosas. Pero aún hay fanáticos enceguecidos que creen posible un retorno.

Dado el hipotético caso de un inmediato retomo, podríamos asumir que aquí ¿no pasó nada? Es absurdamente imposible imaginarnos aquello ¿Dónde habrían quedado las multitudinarias movilizaciones de millones de bolivianas y bolivianos que presionaron la salida del dictador luego de 21 días?

Simplemente esto es irreversible y hay que apuntar la visión adelante, a las nuevas elecciones democráticas y limpias que nos entregarán otro gobierno.

SOBERBIA

Resulta curiosa la actitud de parte de la ciudadanía alteña al querer arrogarse la representatividad de toda una nación. Acaso les alienta el recuerdo de haber sido protagonistas en la presión ejercida años atrás para la salida de Sánchez de Lozada, pero fue otro contexto y fueron favorecidos por la estrecha cercanía con la sede de gobierno.

Probablemente para muchos alteños, El Alto es Bolivia porque, allí nacieron, crecieron y aún no han salido de esa limitación geográfica, luego les falta la visión de la amplitud nacional. De hecho, aquella ciudad es un importante referente de la nación, pero la nación es mucho más grande, porque contempla, además 9 capitales departamentales, decenas de ciudades intermedias y miles de pueblos en la inmensidad geográfica del país.

Dicen ser los alteños un millón de bolivianos. Eso nadie lo duda, pero además de ellos hay 11 millones más en el resto de la inmensidad patria. Así, cada departamento tiene sus organizaciones propias, comités cívicos, juntas vecinales, etc.

Parte del Alto, digámoslo entonces, se mueve solo, equivocado y mal puede pretender, soberbiamente, representar al resto mayoritario de la bolivianidad.

CURIOSAS DEMANDAS

Un radialista, entrevista a la madre de una de las victimas últimas de Senkata y la madre, en medio de su lógica pena asegura que están luchando por el litio. Con el debido respeto, ¿estará la señora segura de que las movilizaciones y bloqueos van por ese derrotero? ¿Qué dirigentes vecinales le orientaron así? ¿Qué tipo de consignas lanzan los convulsionadores?

Habría que decir que Potosí, con Pumari a la cabeza ya solucionó (al menos por el momento) el asunto del litio, con un paro cívico de un mes.

Inevitable mencionar, ya con tono humorístico, videos en las redes sociales que mostraban a manifestantes gritando "Camacho Masista (¿?) fuera de Bolivia" o "Que renuncie Zapata (¿?)" etc., lo que corrobora nomas que mucha gente es amenazada a salir bajo riesgo de quema o pérdida de su casa o a cambio de algunos billetes, para luego, en el fragor de la marcha gritar sinsentidos.

INCOMPRENSI�?N

Gente del Chapare y muchos alteños, pecan de intolerantes al no comprender el carácter transitorio e interino del actual gobierno, cuya misión más importante es la convocatoria a nuevas elecciones. La lógica indica que deberían, más bien, estar ocupados ya en la organización de su o sus partidos políticos, en la búsqueda de sus representantes para las diputaciones y senaturías y en el inicio mismo de sus campañas.

Porque es a lo que debemos abocamos en las siguientes semanas, para proveemos de un gobierno, ya sea de derecha, de centro o de izquierda, pero que surja de una elección límpida, transparente y democrática.

Licenciado en Comunicación Social