El Congreso Constituyente que se perfila, pero que será trabajado con la conformación de varias comisiones, tendrá el objetivo de permitir a la mayoría de las corrientes representativas del quehacer nacional, a expresar sus planteamientos para que, de manera racional, sean parte de una nueva Constitución, más incluyente, más solidaria y efectivamente social
Aclarando el concepto, el Gobierno de Chile, el señor Sebastián Piñera está entre la cruz y la espada o como señalaba un político de ese país, el sistema chileno está contra la pared y se da una figura de convulsión, después de muchos años, con una reacción masiva de millones de chilenos y chilenas que cuestionan el régimen y han planteado de manera concreta renovar la Constitución de ese país, considerando que ese instrumento ha dejado de ser una norma que asegure el desarrollo armónico de una nación en que su hegemonía comenzó a resquebrajarse.
La serie de movilizaciones que obligó al uso de la fuerza policial para contener actitudes de violencia que hacía muchos años no se observaban en Santiago y otras ciudades del país trasandino, causaron preocupación generalizada y el mandatario tuvo que suspender eventos internacionales programados con antelación, pero que no hubieran sido escenario propicio para mostrar la imagen de tranquilidad que prevalecía hasta dos semanas atrás.
Chile se transformó repentinamente en un "volcán social" con erupciones que arrastraron a miles de personas descontentas con diferentes programas del gobierno y frustradas al no lograr soluciones a problemas latentes como los de educación, salud y de orden sociolaboral, que entre los últimos pasa a constituirse en una de las causas de mayor motivación entre los sectores laborales que ganaron las calles del hasta hace poco "Chile feliz".
Chile se transformó repentinamente en un "volcán social" con erupciones que arrastraron a miles de personas descontentas con diferentes programas del gobierno y frustradas al no lograr soluciones a problemas latentes como los de educación, salud y de orden sociolaboral, que entre los últimos pasa a constituirse en una de las causas de mayor motivación entre los sectores laborales que ganaron las calles del hasta hace poco "Chile feliz".
Más de 15 días de continuas movilizaciones de sectores laborales, estudiantes, profesionales, amas de casa y grupos de manifestantes provenientes de provincias, confluye en un pedido coincidente que plantea la renovación, el cambio de la Constitución de Chile, para adecuarla a otro tiempo de vida más próximo a los intereses sociales y alejados de la plutocracia gobernante.
Frente al reclamo de la población, los poderes ejecutivo y legislativo de Chile coinciden en la necesidad de renovar su Constitución, respondiendo de ese modo al estallido social que ha dejado más de 20 muertos y miles de heridos. Lo que se determinará en breve tiempo es el procedimiento que deberá aplicarse en un asunto que estaba "fuera de margen" y que ahora es inclusivo obligadamente en la agenda oficial del gobierno de Sebastián Piñera.
Tendrá que haber cambio de Constitución, más temprano que tarde, pues las organizaciones sociales están pendientes de que se fijen plazos para encarar el procedimiento que lleve a los chilenos a reformar su Carta Magna, para lo que se ha sugerido la convocatoria a un "Congreso Constituyente", que abra las posibilidades de participación a todas las fuerzas vivas del país, bajo un ordenamiento representativo que excluya y modifique el sistema binominal que sólo equilibra las dos corrientes opositoras de izquierda y derecha en Chile.
El Congreso Constituyente que se perfila, pero que será trabajado con la conformación de varias comisiones, tendrá el objetivo de permitir a la mayoría de las corrientes representativas del quehacer nacional, a expresar sus planteamientos para que, de manera racional, sean parte de una nueva Constitución, más incluyente, más solidaria y efectivamente social.
Todavía hay "saltos insurgentes" en Chile, cuyo gobierno está entre la cruz y la espada, una salida conciliadora será la de confirmar que "en un Estado democrático todas las personas tienen el derecho inalienable, imprescriptible e irrenunciable de expresar su opinión respecto a los temas de relevancia pública", lo que garantizará la vigencia plena de libertad en democracia. Chile está frente a un desafío ineludible de su población, por una nueva Constitución.
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