Miercoles 20 de noviembre de 2019
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El gobierno de la Presidente Jeanine Áñez ha logrado dar alguna solidez a su gestión porque la mayoría de la comunidad nacional ha visto complacida que ella puede crear las condiciones para consolidar la unidad nacional, para conseguir que los bolivianos vivamos en paz y concordia; ha logrado conformar un equipo de ministros que podrían llevar a cabo mucho de lo que tiene que hacerse después de casi catorce años de despilfarro y mala administración.
Quedan resabios del pasado que se ha encargado de conformar grupos que sean antagónicos al gobierno y mucho más al pueblo que logrado la libertad y el imperio de la democracia luego de vencerse aún los obstáculos que tornan difícil la situación. Hay mucho que hacer, mucho por corregir y enmendar; hay bastante por consolidar porque hacerlo implicaría dar pasos positivos en pos del desarrollo; hay cuestiones pendientes que seguramente el gobierno tenía el propósito de llevar a cabo.
La Presidente, como es de suponer, espera el concurso de todos los habitantes del país y mucho más de los que tienen poder político, económico y social que tienen que esforzarse por coadyuvar en todo lo bueno que se emprenda. La responsabilidad de empresarios y de quienes poseen poder social de relevante importancia y urgencia porque de lo que hagan de positivo depende que se superen más fácilmente las dificultades, de la voluntad y conciencia de país de todos los bolivianos dependerá que la unidad sea un bien permanente, difícil de debilitarse y destruirlo; habrá el suficiente entendimiento solidario y mancomunado de toda la sociedad boliviana; ha sido la culminación de voluntades dispuestas a reconquistar la libertad y buscar el imperio de la justicia; ha sido, finalmente, motivo y causa por los cuales se unió una juventud sana, honesta, digna y dispuesta a que el país sea lo que siempre se quiso: una nación fuerte y dinámica, un país capaz de vencer todas sus dificultades, un emporio de riquezas de toda naturaleza que espera simplemente la voluntad, los esfuerzos y decisión de sus hijos para no arredrarse ante ninguna crisis; una nación consciente de sus deberes morales y cívicos con virtudes, valores y principios que ya no deben ser conculcados más.