Lamentablemente, utilizando un falso argumento de un golpe de Estado, que no se produjo en ninguna instancia, pues se trata de un tácito abandono de funciones, se utiliza el asilo político para lanzar consignas contra las nuevas autoridades y se mueven una serie de actitudes que mantienen el país convulsionado
A casi un mes de que se presentó en el país el problema del fraude electoral, detectado en las primeras instancias de un recuento interrumpido de votos y un cambio de cifras abiertamente truculento, que ocasionó la reacción de los conglomerados sociales pidiendo "respeto a su voto", que además toma fuerza con la decisión de mucha gente de movilizarse en las calles, es cuando comienza un proceso que obliga a los gobernantes admitir la vigencia del fraude y al mismo tiempo compulsar la protesta generalizada que se convirtió en una protesta increcendo, pidiendo la renuncia del Primer Mandatario.
En los días inmediatos al acto eleccionario y cuando deberían ser conocidos y oficializados los resultados de la consulta popular, sucedió lo inadmisible, cifras que, en un principio estaban muy próximas, mostrando una diferencia que mayormente no preocupaba a los contendores y que hacían vislumbrar una segunda vuelta, se fueron separando de curiosa manera, para establecer un triunfo rotundo del binomio oficialista, situación que a las claras, no era una realidad específica del conteo regular de votos.
En los días inmediatos al acto eleccionario y cuando deberían ser conocidos y oficializados los resultados de la consulta popular, sucedió lo inadmisible, cifras que, en un principio estaban muy próximas, mostrando una diferencia que mayormente no preocupaba a los contendores y que hacían vislumbrar una segunda vuelta, se fueron separando de curiosa manera, para establecer un triunfo rotundo del binomio oficialista, situación que a las claras, no era una realidad específica del conteo regular de votos.
La gente en varios distritos y especialmente en Santa Cruz, se alineó en la corriente del reclamo cívico, situación que cundió a otros departamentos en defensa del voto ciudadano, posición que surgió además en cabildos que reunieron a miles de ciudadanos que ampliaron sus protestas y comenzó a girar en el país, rechazando el resultado electoral y planteando la renuncia del Primer Mandatario.
La efervescencia subió diariamente y obligó al Primer Mandatario y su inmediato colaborador el Vicepresidente a renunciar a sus cargos, lo hicieron a través de una cadena de medios de comunicación y comprometieron la entrega de sus cartas en las instancias legales, actuado este último que se demoró sin explicaciones justificadas, pero no cambió la decisión de renuncias que además generó el abandono de funciones y la salida del país, aprovechando la oferta de asilo del Gobierno de México, que los recibió después de un vuelo con muchas incidencias de orden diplomático. Junto a los dos renunciantes se observó a terceras personas que aprovecharon el vuelo y el asilo. A partir de entonces se produjeron las renuncias en cadena de altos y medianos funcionarios.
Frente al vacío de poder que se generó con el abandono de funciones por parte de los mandatarios, correspondía encontrar una solución legal y democrática que se dio al amparo de la Constitución y lo que manda el Art. 169 para cubrir el cargo de conducción del aparato estatal y regularizar el funcionamiento del Estado, así sucedió hay nueva presidenta en calidad de interinato. Jeanine Áñez, asumió el poder y ya posesionó a la mayoría de sus ministros, para que se restablezcan las actividades en el país.
Lamentablemente, utilizando un falso argumento de un golpe de Estado, que no se produjo en ninguna instancia, pues se trata de un tácito abandono de funciones, se utiliza el asilo político para lanzar consignas contra las nuevas autoridades y se mueven una serie de actitudes que mantienen el país convulsionado, causando muertos y heridos, en una situación reprochable, en la que sin embargo y por investigaciones preliminares se establece el uso de armas de fuego, dinamitas y movilizaciones que están subvencionadas con dineros irregulares. El asunto está siendo investigado y en su caso deberá ser sancionado.
Los altos mandos de las FF.AA. y de la Policía, han sido reconocidos y habilitados para cumplir su misión de control, previsión y en su caso de represión, frente al accionar de peligrosas turbas reaccionarias.
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