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Domingo 10 de noviembre de 2019

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Revista Dominical

Un 10 de Noviembre poco conocido

10 nov 2019

Por: Juan José Toro Montoya y Daniel Bernardo Oropeza Alba (*) Socios de número de la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí (SIHP)

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Sumido en conflictos que, en su caso, arrancaron el 7 de octubre, Potosí recuerda hoy los 209 años de su alzamiento contra la corona española, en el marco de la Guerra de la Independencia.

¿Cuánto se sabe sobre este alzamiento? Pese al tiempo transcurrido, es muy poco lo que se ha escrito con precisión al respecto. El siglo XIX, junto a los aportes de Modesto Omiste y Luis Subieta Sagárnaga, fueron los más prolíficos sobre el tema.

Por eso, todavía persisten mitos como, por ejemplo, el que dice que Potosí, de raigambre realista, se levantó sólo al conocer la derrota de los realistas en Suipacha. En este artículo no sólo desmentiremos ese hecho sino que mencionaremos algunas facetas poco conocidas sobre ese episodio histórico.

LOS PROTAGONISTAS

La historia oficial señala que el levantamiento del 10 de Noviembre estuvo liderado por varias personas cuyos nombres aparecen en la plaqueta que está en la estatua de la libertad: Salvador Matos, Pedro A. Ascárate, Eustaquio Eguívar, Alejo Nogales, Joaquín de la Quintana, Manuel Millares, Manuel Molina, Mariano Subieta, Melchor Daza, Diego Barrenechea y Pedro Costas.

La historia oficial señala que el levantamiento del 10 de Noviembre estuvo liderado por varias personas cuyos nombres aparecen en la plaqueta que está en la estatua de la libertad: Salvador Matos, Pedro A. Ascárate, Eustaquio Eguívar, Alejo Nogales, Joaquín de la Quintana, Manuel Millares, Manuel Molina, Mariano Subieta, Melchor Daza, Diego Barrenechea y Pedro Costas.

No obstante, las publicaciones al respecto, desde los "Apuntes para la historia de la revolución del Alto-Perú hoy Bolivia" (1855, anónimo) hasta "Potosí durante la independencia de Charcas 1810-1817" (1989, Edgar Valda) presentan un dato interesante: muchos de esos hombres estaban presos cuando estalló la insurrección.

Los "Apuntes�", señalan que el gobernador intendente de Potosí, Francisco de Paula Sanz, se puso frente al alzamiento de Chuquisaca mientras que "los jefes del batallón de Azogeros manifestaron su opinión en favor de lo sucedido en la ciudad de la Plata, y por este motivo mandó Sanz prender al Coronel D. Pedro Antonio Ascárate, y al teniente coronel D. Diego de Barrenechea. Por la misma causa hizo presos al alférez real D. Joaquín de la Quintana, al ensayador del Banco D. Salvador Matos, a cuatro hermanos Nogales, al escribano Toro y a otros".

Ernesto Daza agrega que también estaban presos Mariano Subieta, los hermanos Millares, Eustaquio Eguívar, Manuel Orozco y Pedro Costas.

Si confrontamos esas listas con los nombres de la plaqueta, veremos que, de los líderes de los conspiradores, solo estaban libres Molina, Subieta y Daza. "El patriota Manuel Molina tomó preso al gobernador Francisco de Paula Sanz y lo condujo a su domicilio -prosigue Daza-. El general Vicente Nieto, presidente de la Audiencia de Charcas, a la sazón en Potosí; el general José de Córdoba y Rojas quedaron detenidos en la Casa de la Moneda".

En virtud a estos datos, los ejecutores del alzamiento, y consiguientes héroes del 10 de Noviembre serían Manuel Molina, Mariano Subieta y Melchor Daza.

EL ANTAGONISTA

Si Molina, Subieta y Daza fueron los protagonistas. ¿A quiénes tuvieron que enfrentar? Dos nombres aparecen nítidamente, el del presidente de la Audiencia de Charcas, Vicente Nieto, y el gobernador intendente de Potosí, Francisco de Paula Sanz. Pese a los rangos, nos ocuparemos más del segundo.

Sanz fue un alto funcionario del Imperio Español, primer y único gobernador intendente de la Provincia de Buenos y Aires y, luego de ser este cargo absorbido por el de Virrey del Río de Plata, pasó a ocupar la Gobernación Intendencia de Potosí en la que impulsó una corriente de modernidad y reestructuración. Tuvo principal interés en recuperar la producción de plata, modernizar las estructuras sociales de la mita y optimizar la industria de los ingenios. Su ilustración y valores morales le hicieron ganarse el afecto popular así como la estimación de la élite local. Fue muy respetuoso de los conceptos que hoy son conocidos como Estado de Derecho y bien común. Cuando Castelli saqueó Potosí en 1810, luego de la revolución del 10 de Noviembre, y ordenó fusilarlo, el pueblo llano sufrió su muerte. Así cuentan los Anales Inéditos de Potosí: "A las 9 de este día [15 de diciembre de 1810] entraron las tropas armadas y todos uniformados a la guarnición de la Plaza, con banderas, música toda completa de viento y cajas en todas las compañías o sus batallones. A las 9:30 sacaron a los señores de la Casa de Moneda, a todos tres con los ojos vendados y maniatados, al medio de escoltas con sacerdotes que a cada uno los auxiliaba y el señor Santo Cristo, padrino o su confesor que los guiaba por delante, rezando todos el miserere a voces, entrando a la Plaza por distancia de seis varas el señor Nieto, en segundo Córdoba, en tercer el señor Sanz, a quienes después de algunas voces del pregón que hicieron dar a voz del pregonero, los hincaron al pie de las banderas y teniéndolos como 10 minutos, los levantaron y sentaron en los banquillos, al Presidente señor Nieto al costado de arriba, al General Córdoba al medio y al Gobernador de esta Villa el señor Sanz al extremo de abajo y asegurándolos por manos de verdugo muy bien con las correas, les quitaron las vidas haciendo fuego por dos veces al señor Sanz, por un corto movimiento, efecto de las espíritus vitales".

DE REALISTAS A PATRIOTAS

El Brigadier Indalecio Gonzales de Socasa, caballero de la Orden de Montesa, fue comandante del Batallón Provincial de Potosí, unidad realista conformada por personajes prominentes de la sociedad con intereses comerciales con el puerto de Buenos Aires. El batallón se dividía en cuadro compañías, la primera de Granaderos comandada por Don José Esteves, dueño de ingenios y minas. Don Manuel Molina, hombre de negocios con inversiones mineras en Chichas, era oficial de la cuarta compañía y el alférez o abanderado del batallón fue el célebre Casimiro Hoyos. Este batallón venció en la batalla de Cotagaita librada el 27 de octubre de 1810 al Ejercito Auxiliar Argentino comandado por Antonio Gonzales Balcarce.

Luego de la derrota de Suipacha del 7 de noviembre de 1810 pasaron a formar parte del bando revolucionario que tomó el poder político de la Villa Imperial apresando al gobernador intendente Francisco de Paula Sanz, sometiendo el cabildo secular, las Cajas Reales y la Casa de Moneda; en consecuencia, controlando el poder económico del Virreinato. Los veteranos realistas, ganadores en Cotagaita y derrotados en Suipacha, más los deudos de los caídos fueron los promotores del descontento social, manifestando su descontento y responsabilizando al gobernador intendente Francisco de Paula Sanz por su desastrosa derrota. Así lo expresa el curioso texto de Los Anales Inéditos de Potosí cuando narra que: "El sábado 10 de noviembre, comenzaron las bullas desde las 6 de la mañana en la puerta del Gobierno, cuarteles y calles, los lloros y cargos que hacían por los derrotados contemplándolos a todos muertos, pero con tanto extremo que por cada individuo que fue de partida se aparecían 15 y 20 deudos".

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