Pero rara vez las cosas salen como se las planea. El 16 de abril de 1973, un accidente automovilÃstico en el momento de su apogeo terminó con su vida.
Su carrera habÃa comenzado de muy joven. Probó suerte con el trÃo Los Hispánicos y como cantante principal del grupo Los Superson. Varias discográficas importantes lo rechazaron hasta que al cumplir 25 años, en 1969, firmó contrato con Polydor (la discográfica hizo uno de los negocios más redituables de su vida; desde hace 50 años se venden las grabaciones que registró entre 1969 y 1973).
Su carrera habÃa comenzado de muy joven. Probó suerte con el trÃo Los Hispánicos y como cantante principal del grupo Los Superson. Varias discográficas importantes lo rechazaron hasta que al cumplir 25 años, en 1969, firmó contrato con Polydor (la discográfica hizo uno de los negocios más redituables de su vida; desde hace 50 años se venden las grabaciones que registró entre 1969 y 1973).
"Tiene casi 20 años/ y ya está cansado de soñar,/ pero tras la frontera está su hogar/ su mundo y su ciudad./ Piensa que la alambrada sólo es/ un trozo de metal/ algo que nunca puede detener/ sus ansias de volar".
Peter y Helmut eligieron cuidadosamente el lugar desde donde intentarÃan la fuga. El Muro se iba reformulando todo el tiempo, semana a semana adquirÃa nuevas medidas de seguridad para no ser traspasado. A lo largo de su recorrida su ancho variaba, habÃa barreras, torres de vigilancia, sistemas de disparo automático, distinto número de tropas. Todos esos factores entraron en su análisis.
Del otro lado no sólo los esperaba la libertad. A Peter lo aguardaban su hermana, su cuñado y sus sobrinos que vivÃan en la otra punta de la ciudad, y a quienes veÃa con frecuencia hasta que se construyó el Muro. Peter, obrero de la construcción, habÃa obtenido un permiso de salida pero a último momento le habÃan denegado esa posibilidad. Su juventud, las ansias de respirar un aire nuevo, la sensación de que a pesar de tener solo 18 años su tiempo se acababa, lo empujaron a encarar la aventura.
"Con su amor por bandera/ se marchó/ cantando una canción./ Marchaba tan feliz que/ no escuchó/ la voz que le llamó./ Y tendido en suelo se quedó/ sonriendo y sin hablar/ sobre su pecho flores carmesÃ/ brotaban sin cesar".
Peter Flechter y su amigo lograron saltar sin ser vistos pero mientras escalaban el cerco, el último obstáculo, que los separaba del lado Occidental, fueron divisados por los guardias del lado Oriental.
Primero fue un grito. Seco, terminante, intimidatorio. Los chicos no giraron la cabeza y apuraron sus movimientos. Enseguida llegó la ráfaga de disparos.
Helmut consiguió llegar a lo alto del muro y dejarse caer del otro lado. Estaba ileso. Y en libertad. Peter fue alcanzado por una bala que ingresó a la altura de la cadera. Cayó de espaldas contra la tierra. Quedó tirado en la Zona de Nadie. A su alrededor se fue formando un charco de sangre oscura.
Además de los soldados de ambos lados de la división, muchas otras personas habÃan presenciado el hecho. Los testigos pidieron que atiendan al chico que estaba tirado. Estaba con vida pero perdÃa mucha sangre. La gente se fue acumulando y comenzó un griterÃo clamando por clemencia. Pero nadie fue a asistir a Peter.
Durante 50 minutos Peter Flechter agonizó ante la vista de cientos de personas que sólo miraron. Cuando dos soldados del lado oriental lo recogieron ya nada se podÃa hacer. Peter, a los 18 años, habÃa muerto de un balazo, procurando su libertad, tratando de cruzar el muro absurdo.
Se suele repetir que Peter Flechter fue el primero de las más de 280 personas (el número exacto no se conoce) que perdió la vida tratando de cruzar el Muro de BerlÃn. Pero la primera en morir fue Ida Siekmann, en agosto de 1961. La mujer, desesperada, se tiró desde la ventana de su departamento tratando de superar la pared y llegar al otro lado. Las severas heridas ocasionadas por la caÃda provocaron su muerte.
Hasta el final hubo quienes no perdieron la esperanza de fugarse. Winfried Freudenberg fue la última vÃctima que se cobró el Muro. Fue en 1989, poco antes de que desapareciera. Trató de cruzar en un globo casero (se conocÃan intentos exitosos de familia enteras) pero el artefacto se desplomó desde una altura considerable.
El caso de Peter por su edad, por la crueldad de la situación y por la cantidad de testigos y las protestas que estos levantaron, tuvo mucha difusión. La revista Time publicó un artÃculo sobre su muerte. Allà se llamó por primera vez al Muro de BerlÃn como El Muro de la Vergüenza.
Libre interpretada por Nino Bravo o por alguno de las decenas de cantantes populares que se la apropiaron con el paso del tiempo se convirtió en un clásico. En un himno que le canta a las posibilidades, a la libertad y que se independizó del hecho que la inspiró. A pesar de su letra que explicita el triste final, el público privilegió el costado optimista, la apuesta a la esperanza.
Fuente: Infobae
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