Gastos sin medida, ¿hasta cuándo?

Cuando en los medios de comunicación hay opiniones o comentarios sobre la situación económica, hay molestias en las autoridades que buscan desmentir lo que es claro y terminante para la opinión pública que es testigo diario de lo que ocurre.

El gobierno del MAS, al asumir el mando de la nación, encontró que las condiciones económico-financieras se mostraban con grandes perspectivas que, en el curso de poco tiempo, quedó confirmado: hubo, en primer lugar, condonación de buena parte de nuestras deudas externas por parte de organismos internacionales y de algunos países amigos - condonación, además, que se hizo con el compromiso de que ese dinero sería invertido en obras de desarrollo para combatir a la pobreza, hecho que no se cumplió - y fue debido a trámites que realizaron anteriores gobiernos y que, prácticamente, estaban en "la puerta de los anuncios" que se produjeron a principios del año 2006; luego, llegó el auge de los ingresos por las ventas de petróleo, gas, minerales y algunas materias primas que alcanzaron altos precios en el mercado internacional.

Ese auge financiero dio como resultado que se despierten ambiciones en los entornos del gobierno, hasta el extremo de que muchos de ellos no respetaron la confianza que habían depositado en ellos e ingresaron en los campos de la corrupción para quienes no tienen condiciones morales para merecer situaciones de confianza. Larga sería la lista de lo malo que se hizo y, para empezar basta el caso del "fondo indígena" creado bajo el principio de confianza y buena fe que fueron traicionados. Luego, la compra de un avión de lujo para el Presidente conjuntamente helicópteros y automóviles a los que se agregan los viajes realizados sin mayor motivo, son algunos de los aspectos que han merecido críticas y condenas; pero, seguir el interminable listado de gastos que se pueden calificar como despilfarros no traería nada; al contrario, despertarían más susceptibilidades y desconfianzas; entretanto, el pueblo pregunta: ¿la irracionalidad en gastos cuándo terminará?

Ahora, a casi catorce años de gobierno, lo que corresponde es enmendar, corregir lo malo hecho que, de una u otra manera, ha desmerecido lo bueno realizado. Quienes sean gobierno en el futuro tendrán una labor muy importante para enfrentar lo mal hecho y si hubiese aun continuidad del actual régimen, éste tendrá que hacer mucho para enmendar sus yerros, moderar sus gastos y, en lo posible, obrar conforme a la Constitución y las leyes en la administración del Estado.

Es la historia la que se encargará de juzgar lo hecho en catorce años y, en mérito a lo prometido que se haría bien, corresponde obrar con el inicio de restituir la institucionalidad y entender que se es autoridad para servir al país y no para servirse de él. Con seguridad que todo lo ocurrido al quedar en el recuerdo del pueblo, también quedará en muchas conciencias con el propósito de enmiendas; de otro modo, seguiremos por las corrientes del yerro y equívocos que no deben repetirse.