La violencia trae más violencia

Hoy y no me refiero al día, Bolivia vive un ambiente de violencia, que realmente nos consterna como habitantes de esta tierra. Sin estar a favor de unos o en contra de otros, sólo podemos manifestar que la violencia trae más violencia y lamentablemente es algo que no podemos entender.

De todos los conceptos publicados en diccionarios o portales web, decidimos quedarnos con el significado que le da la Organización Mundial de la Salud (OMS), que define la violencia de la siguiente manera:

"La violencia es el uso intencional de la fuerza física, amenazas contra uno mismo, otra persona, un grupo o una comunidad que tiene como consecuencia o es muy probable que tenga como consecuencia un traumatismo, daños psicológicos, problemas de desarrollo o la muerte".

Y es precisamente a aquello que estamos llegando y no está bien. Entendemos que los problemas en el país, llegaron a dividir pensamientos, ideologías, propósitos, familias, llegaron a dividirnos como sociedad civil, y es algo que debe llevarnos a la reflexión.

Y ¿Por qué lo decimos?, porque la violencia trae más violencia. Sabemos que la forma más racional para resolver cualquier problema, es siempre el diálogo. No todos pensamos igual, es la ley de la vida, pero sin embargo, lo que se puede hacer, es encontrar un punto medio para darle una solución pacífica a cualquier problema, así no se afecta la integridad física de nadie.

Hoy el país está convulsionado y entendemos los motivos de uno y otro lado, no nos parcializamos, pero como policías también vemos con pena, cómo nos enfrentamos entre bolivianos.

Como miembros de una institución cuyo deber constitucional es velar por la seguridad de la ciudadanía, es que salimos a las calles a resguardar el bien público, pero a veces nuestra misión no se entiende. Ahora bien, ustedes como ciudadanos son testigos que la Policía no actúa por actuar, al menos en Oruro, porque siempre se tuvo la capacidad de dialogar y negociar cualquier tipo de situación adversa, antes de actuar.

Muchas veces, ese propósito no se entendió y al contrario, se provocó hasta llegar a los límites del abuso, motivo por el cual no nos dejaron otra elección que actuar, pero no con el afán de hacer daño a nuestros hermanos, sino con el afán de establecer mediante la disuasión, que nuevamente reine la paz.

Asimismo, entendemos el espíritu del joven boliviano, cuya actitud no es sólo de ahora, sino de siempre, que muchas veces no mide consecuencias y actúa en un propósito de aventura y aquello termina en situaciones que debemos lamentar.

Por eso es que hacemos un llamado a deponer los actos de violencia y al contrario, hagamos un esfuerzo para tener esa capacidad de resolver los problemas con ideas, con propuestas, con alternativas que lleven al camino del consenso, hagamos eso por nosotros mismos, por nuestras familias, hagámoslo por Bolivia que hoy nos necesita para construir y no para destruirla.