Unidad de la patria

Noviembre de 1841 la existencia de nuestra patria boliviana se ve en peligro por la invasión de extranjeros que sólo quieren ver nuestra destrucción como pueblo y nación independiente, pero los bolivianos sin distinción se pusieron de pie para resistir al invasor y conservar por entre todos los peligros e incluso la vida misma la independencia de Bolivia cumpliendo con el testamento político del Mariscal de Ayacucho.

Cabalgando desde todos los rincones de la patria llegaron los hijos de la nación, poniendo a un lado sus diferencias para combatir al soberbio invasor. Líderes políticos, caudillos regionales, soldados de toda clase y condición social, viejos que habían expulsado al mar a los ejércitos del rey de España, adultos que habían llevado triunfante el estandarte de Bolivia sobre los territorios y ejércitos de Argentina, Perú y Chile, jóvenes que habían nacido junto con la patria�todos llegaban.

Un líder del sur depuso sus ambiciones políticas y envió a su ejército completo para reforzar la defensa, sacrificó sus intereses de ser presidente ofreciendo sus armas y hombres a la unidad. Desde los llanos orientales, los valles sub-andinos, las calurosas selvas, el gran altiplano y las cordilleras fueron a ofrecer sus vidas para conservar nuestra independencia.

Ingavi, departamento de La Paz, siendo superados en número casi 2 a 1 nuestros antepasados derrotan al enemigo de Bolivia quien muere en la batalla y con él morirían los sueños de conquista, los bolivianos cruzarían la frontera peruana y ocuparían por medio año todo el sur del Perú persiguiendo a los restos del ejército invasor.

Noviembre de 2019, la existencia de nuestra patria se encuentra nuevamente en peligro, en peligro de verse sometida a la voluntad de una sola persona y un proyecto político que ya ha demostrado su naturaleza de perpetuarse en el poder a cualquier precio, la independencia que costó ríos de sangre a nuestros antepasados corre peligro de ser patrimonio de un sector político bajo la férula de, una, sola persona, cuya imagen se ha hecho omnipresente.

Más allá de establecer críticas al presente proceso electoral de las que podríamos hacer muchas, se tiene el hecho de que es precisamente la primera autoridad la que debe dar cumplimiento y hacer respetar la decisión del pueblo boliviano. Por eso millones de voces de todo el país hoy se hacen escuchar manifestando su rechazo contundente a las intenciones de destruir la democracia y crear una dictadura perfecta.

Emulando a nuestros antepasados y más allá de toda ambición política todos los actores políticos deben de ofrecer sus hombres y recursos al servicio de la patria en defensa de su existencia. Mezquinos intereses, ambiciones personales y posturas irreconciliables deben de ser depuestas para enfrentar la omnipresente fortaleza de quien pretende despojarnos de nuestra libertad.

Debemos cumplir el mandato de Antonio José de Sucre y conservar por entre todos los peligros la independencia y democracia de Bolivia, todo bajo un solo discurso y un objetivo común.

Pongamos nuestras vidas y talento al servicio del ideal máximo de la patria, porque en ese noviembre de 1841 y este noviembre de 2019 debemos saber muy bien que, la unión hace la fuerza.

* Es asambleísta orureño