La Bolivia "sintética" frente a la Bolivia real

El Editorial titulado "Modelo Económico fue negativo en exportación y medio ambiente", sobre la efectividad del modelo económico vigente con base a un análisis de control sintético, ofrece una serie de consideraciones cuestionables en razón a que la realidad es distinta a la reflejada en el estudio.

El editorial califica el modelo como "poco efectivo" y sostiene que, de no haber existido, el resultado hubiera sido, igual o mejor. Este análisis teórico excluye la realidad y el contexto social, toda vez que en la coyuntura que antecedió al modelo regían las directrices del "consenso de Washington", donde el Estado se encontraba reducido al simple rol de regulador, generando condiciones para profundizar la desigualdad y concentración de los beneficios y recursos en grupos económicos afines al gobierno de turno, situación que llevó a los cuestionamientos sociales que desembocaron en la nacionalización de los recursos naturales y una nueva Constitución.

El Editorial no toma en cuenta que, en materia de renta petrolera, los ingresos que se registraron, no habrían pertenecido al Estado Boliviano, y los conglomerados internacionales se habrían apropiado de todos esos recursos a título de ganancias, dejando una mínima parte de ellos en el país.

Argumenta una "reconcentración de la economía", sin embargo, no explica cuál era el anterior comportamiento de las exportaciones, ni toma en cuenta datos como el crecimiento de los distintos sectores de la economía, y su aporte al incremento del Producto Interno Bruto. Prescinde del impacto que han tenido medidas como la democratización del crédito productivo, y la creación del crédito de vivienda social, con los que se ha logrado que amplios segmentos del aparato productivo y estratos sociales, accedan a servicios financieros que antes les fueron negados por las altas tasas de intereses, exigencias de garantías y otras condiciones discriminatorias.

En cuanto a temas de diversificación, evade factores como el incremento de la oferta eléctrica nacional y su exportación, que están por fuera del sector minero o hidrocarburífero.

Resulta -cuando menos cuestionable- que no se hayan tenido en cuenta antecedentes tales como el índice de pobreza registrado en el país hace 15 años, donde dos terceras partes de nuestro país estaban condenadas a vivir entre la pobreza y la pobreza extrema, el salario mínimo oscilaba en los 30 dólares mensuales y la esperanza de vida sólo alcanzaba los 60 años; y la mortandad materno infantil, alcanzaba índices alarmantes. De donde resulta, que el comentario no expone la alternativa a seguir, sino aplica variables seleccionadas a criterio propio para cuestionar la realidad.

Sobre salud y educación, soslaya datos escalofriantes anteriores al 2006 como la tasa de analfabetismo o deserción escolar que fueron afrontados con medidas internacionalmente reconocidas como las transferencias directas a través del Bono Juancito Pinto, financiado por el aparato productivo estatal reconstruido; o el seguro universal de salud, maternidad y los subsidios de natalidad, que de manera innegable han reducido esas terribles cifras.

De todo esto, el análisis de una "Bolivia Sintética" para que se considere serio y no, un ligero ejercicio pseudo académico, motivado por un afán político, es necesario que incorpore elementos de la "Bolivia Real" reconocida por el entorno internacional, sin desconocer sus logros ni perder de vista que todavía existe trecho por andar en la misma senda.