Lunes 04 de noviembre de 2019
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Después de tres años de incertidumbre, hoy en el Reino Unido (RU) abundan ansias de dejar atrás la incómoda cuestión del "Brexit", aunque la elección parlamentaria que se avecina es muy probable que no contribuya al cometido, pero sí ha de dejar consecuencias que las generaciones futuras tendrán que barajar a un costo por el momento incierto. Boris Johnson, el despeinado primer ministro de una Unión que mucha gente de Escocia preferiría dejar para permanecer en la Unión Europea (UE), ha salido con su gusto de tener elecciones parlamentarias el 12 de diciembre en las que espera conseguir los suficientes votos de la oposición laborista del Parlamento (nada fácil) para, de una vez, extraer al RU de la UE? lo que afectaría a millones de británicos sobre todo a los de Irlanda del Norte (votó por permanecer en la UE) que preferirían no desmantelar la frontera abierta que tiene hoy con la República de Irlanda que es miembro pleno de la UE.
Se trata de una jugada de azar o "echada de dados", como dice Bloomberg Politics, no solamente para B. Johnson, sino para la totalidad del RU porque, si pierde, no solamente pierde él casi todo políticamente sino que se perdería lo que negoció a voz en cuello recientemente con la UE que, dicho sea de paso, por alguna razón, más la insistencia de Johnson, accedió a extender la fecha de salida del RU del 31 de octubre, al 31 de enero de 2020. B. Johnson deberá ganar contundentemente en las elecciones parlamentarias del 12 de diciembre lo que significa que el sufragio debería favorecer numéricamente a los conservadores del Parlamento de modo que el arreglo de salida negociado con la UE tenga posibilidades de aprobarse. De lo contrario todo se revertiría en forma ruborizante.
Las encuestas dan a los conservadores de Johnson cierta ventaja sobre los laboristas opositores. El sistema electoral inglés hace muy difícil pronosticar el ganador en momentos en que las elecciones en varias partes del mundo han dado resultados sorpresivos. La campaña caracteriza a B. Johnson como tan apreciado como despreciado en comparación a su opositor laborista líder de la Cámara de los Comunes, Jeremy Corbyn, que acostumbra sorprender incluso a encuestadores que hace dos años no contaban con que casi derrotase electoralmente a Theresa May.