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Domingo 03 de noviembre de 2019

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Cultural El Duende

Inés Córdova y Gil Imaná en exposición de homenaje en el Museo Nacional de Arte

03 nov 2019

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A finales de agosto de este año, el Museo Nacional de Arte dependiente de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia reabrió sus puertas con la exposición "Homenaje a un amor" dedicada a los esposos e insignes artistas de la plástica nacional, Inés Córdova y Gil Imaná, cuyas 6553 obras donadas por la pareja se exhibirán hasta el 31 de diciembre de este año en el Museo Nacional de Arte.

La polifacética producción se presenta bajo una nueva propuesta museográfica que exalta los valores culturales de la región andina, con técnicas en dibujo, pintura al óleo, acrílico, cerámica, orfebrería, collage en metal y textiles.

Las obras de Córdova se distinguen por el juego de texturas y la tridimensionalidad, no sólo en la cerámica sino en obras con soporte bidimensional con una original inclinación por las técnicas alternativas en el modelado al horno, con engobe, esmaltado en cerámica y en planchas de metal, uso de químicos industriales, cortado, cocido y fundición, con trabajo casi alquimista y cierta influencia en el informalismo y el constructivismo.

Las obras de Córdova se distinguen por el juego de texturas y la tridimensionalidad, no sólo en la cerámica sino en obras con soporte bidimensional con una original inclinación por las técnicas alternativas en el modelado al horno, con engobe, esmaltado en cerámica y en planchas de metal, uso de químicos industriales, cortado, cocido y fundición, con trabajo casi alquimista y cierta influencia en el informalismo y el constructivismo.

El arte de Imaná domina los recursos bidimensionales en el muralismo, en la pintura de caballete de mediano y pequeño formato, hasta las miniaturas. Incursiona en la representación de figuras con inspiración prehispánica por su carácter geométrico para llegar a una neofiguración expresiva, marcando la importancia del gesto en cada uno de sus trazos y denotando su exquisita personalidad artística.

Como extraordinarios espíritus complementados en el arte, los esposos Imaná-Córdova, comprometidos con las causas sociales, develan su arte desde la consciencia nacional.

De espíritu inquieto, multifacético y tenaz, Inés Córdova Suárez sentó huella en esta vida como ceramista, pintora, muralista, grabadora y orfebre. Fue pionera en la incursión de la cerámica artística, la realización de murales de cerámica y creación del collage con textiles y láminas de chatarra. Nació en Potosí, el 15 de diciembre de 1927. En 1945 se trasladó a La Paz para realizar estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes Hernando Siles (ahora Academia Nacional de Bellas Artes "Hernando Siles") graduándose en 1949. Falleció en La Paz, el 19 de mayo de 2010.

De brío diligente, sensible y prolífico, Gil Imaná, dibujante, pintor, grabador y muralista, nació en Sucre el 16 de julio de1933. Comenzó su labor creadora a los ocho años durante sus estudios en la Escuela de Artes "Zacarías Benavides" en su tierra natal. Dos años después, dejó el colegio para estudiar pintura con el maestro Juan Rimsa, quien lo invitó a irse con él. Un "Sí, maestro" marcó su futuro. Imaná desconocía la ruta cuando su mentor lo tomó de la mano y lo condujo al universo artístico a la edad de diez años.

Inés y Gil se conocieron en 1950, cuando ella presentó sus acuarelas en la Universidad de San Francisco Xavier en Sucre. Gil tenía 17 años y ella 23. Un intercambio de arte, de miradas y el sello amoroso marcaría su unión años después.

Durante la década de los 50, las excavaciones arqueológicas en Tiwanaku, de donde se extrajeron cerámicas prehispánicas hicieron ver a Inés Córdova la relevancia de estas piezas en las manifestaciones culturales, entonces decidió que su arte debía reflejar esa importancia. Al no existir centros especializados en Bolivia se trasladó a Montevideo-Uruguay, Universidad del Trabajo, donde solventó sus estudios trabajando de día. Posteriormente, como obrera ladrillera obtuvo una beca para España donde se especializó primero en la Escuela de Cerámica de Madrid, después en la Escuela de Artes Suntuarias de Massana en Barcelona. Suman a esta tenacidad innumerables cursos en diferentes países. De retorno a La Paz, Bolivia, creó el taller de cerámica en la Academia Nacional de Bellas Artes Hernando Siles.

De su parte, en 1949 Gil Imaná Garrón y su hermano Jorge, junto a Walter Solón Romero y Goyo Mayer daban cima al Movimiento Muralista Boliviano cuya actividad estuvo vigente durante una década. Todos ellos también fueron miembros fundadores del grupo de arte Anteo, institución que agrupó a Eliodoro Aillón, Juan José Wayar, Lorgio Duchén, Hugo Poppe, Félix Orihuela, Luis Chopitea, César Chávez y Lorgio Vaca.

El artista presentó su arte en Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Chile. Fue profesor de la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Los Andes en Mérida, Venezuela. En Bolivia fue director de la Escuela de Artes "Zacarías Benavides". En 1961, en La Paz, se desempeñó como profesor de la Escuela Superior de Bellas Artes Hernando Siles.

Y así fue cómo un segundo encuentro en la Escuela de Bellas Artes, unió a Gil e Inés en el amor comprometiéndolos en nupcias el 4 de abril de 1964. De esa manera, de ser colegas, primero confirmaron su amistad para luego enarbolar el amor en pareja por el resto de sus vidas. En agosto de ese mismo año, el proyecto del primer mural cerámico en Bolivia se convirtió en su perfecta luna de miel, porque amalgamó el conocimiento de ambos, cada quien con un dominio original del color, las simbologías y la composición: Ella con el inagotable bagaje en cerámica, gres y esmaltes. �l con la sapiencia rigurosa del dibujo, la pintura y el muralismo. Una muestra de la ejemplar combinación aparece en la Facultad de Ingeniería de la UMSA.

Siempre innovadores y propositivos en reformas, se vieron en la necesidad de abandonar algunas instituciones artísticas cuando sus proyectos no fueron acogidos, decidiéndose por proyectos individuales, tales como emprender su propio taller cerámico o impartir clases de manera independiente, referentes que les valieron participaciones en Bienales Internacionales de América y Europa.

Sus travesías por América, Europa y Asia exponiendo, trabajando y profundizando conocimientos respecto al arte y su historia no tuvo pausa. Inés no dio descanso a su imaginación. Si las circunstancias no le permitían trabajar con cerámica u orfebrería, los textiles expresaban su lenguaje plástico o bien el collage o las planchas de metal evocaban nuevas visiones. En tanto, Imaná seguía adentrándose en el dibujo y la pintura, asentando su técnica, con trazos y pinceladas más expresivas.

Precedidos de innumerables galardones en el país y el extranjero, en 2004 ambos recibieron los premios: "Obra de vida" del Salón Pedro Domingo Murillo y el "Premio Nacional de Cultura" otorgado por el Estado Boliviano que reconoció en su obra el eterno retorno pero no como tiempo circular sino fragmentado, siempre uniendo, yuxtaponiendo y sobreponiendo facetas, técnicas y motivos en los que encarna el amor perpetuo al arte y al ser humano.

En 2012, su casa en Sopocachi fue donada junto con su colección de obras a la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia con el objetivo de convertirla en la "Casa-Museo Inés Córdova-Gil Imaná" para hacer accesible su arte patrimonial a la sociedad.

Fuente: Fundación Cultural

del Banco Central de Bolivia.

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