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Domingo 03 de noviembre de 2019

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Revista Dominical

40 años de aquel triste episodio

Todos Santos y el absurdo golpe militar de 1979

03 nov 2019

Fuente: Por: Edson López Aquino

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En la Bolivia de 1979, cuatro presidentes estuvieron sentados en la silla presidencial ese año. Primero el chuquisaqueño David Padilla Arancibia (24 de noviembre de 1978 al 8 de agosto de 1979); luego el cochabambino Walter Guevara Arze (del 8 de agosto al 1 de noviembre de 1979); el beniano Alberto Natusch Busch (del 1 al 16 de noviembre de 1979) y finalmente la cochabambina Lidia Gueiler Tejada (del 16 de noviembre de 1979 al 17 de julio de 1980). Pero el punto de inflexión de ese año se dará entre Guevara y Natusch con el golpe militar protagonizado por este último y conocido en la historia popular como el "La masacre de Todos Santos".

ANTECEDENTES DEL GOLPE

Al llegar a la Presidencia, David Padilla tenía un objetivo claro, llamar a una nueva elección en 1979 (ya que las de 1978 se vieron empañadas por una probado fraude dirigido por el banzerismo) con una Corte Electoral transparente y que se garantice la legitimidad del voto. Sin titubeos, Padilla empezó a organizar dicha tarea garantizando al pueblo que la Fuerzas Armadas no patrocinarían ni influenciarían ninguna candidatura. Además, en ese año, Padilla mantuvo las libertades sindicales y prometió que el Ejército cumpliría su verdadero rol que no era el de retener el poder presidencial a la fuerza.

Al llegar a la Presidencia, David Padilla tenía un objetivo claro, llamar a una nueva elección en 1979 (ya que las de 1978 se vieron empañadas por una probado fraude dirigido por el banzerismo) con una Corte Electoral transparente y que se garantice la legitimidad del voto. Sin titubeos, Padilla empezó a organizar dicha tarea garantizando al pueblo que la Fuerzas Armadas no patrocinarían ni influenciarían ninguna candidatura. Además, en ese año, Padilla mantuvo las libertades sindicales y prometió que el Ejército cumpliría su verdadero rol que no era el de retener el poder presidencial a la fuerza.

A la contienda electoral de julio del 79, se presentaron Víctor Paz Estenssoro, por el Movimiento Nacionalista Revolucionario Histórico MNRH; el ex dictador Hugo Banzer Suárez, por Acción Democrática Nacionalista ADN (ambos partidos aglomerando a la derecha política); la Unidad Democrática y Popular UDP con Hernán Siles Zuazo y el Partido Socialista 1 PS-1con Marcelo Quiroga Santa Cruz (Estos dos aglomeraban sectores obreros y populares).

La jornada electoral de julio fue tranquila, sin embargo, no se esperaría el resultado final, ya que entre Siles y Paz existió un virtual empate, el primero con 31, 22 % y el segundo con un 31, 13%, es decir la diferencia era de 1.412 votos. En tercer lugar se situó Quiroga Santa Cruz, desplazando a ADN de Banzer.

Como la política electoral boliviana de aquella época, pedía que el candidato a Presidente debía ganar con el 50 % más uno para ser posesionado, caso contrario que no se llegara a ese porcentaje sería el Congreso Nacional el que debía elegir al Presidente. Entonces se dio algo inesperado, conocido como "El empantanamiento", ya que no se pudieron poner de acuerdo los congresistas para elegir al nuevo Presidente (ni Siles ni Paz daban el brazo a torcer). Alrededor de siete reuniones se llevaron a cabo y ninguna con buen término. Así que se decide elegir al Presidente del Congreso Nacional, Walter Guevara Arze como Presidente interino de la República.

EL CORTO GOBIERNO DE GUEVARA

No hubo tarea significativa en la administración de Guevara, sus únicos propósitos eran cumplir algunas peticiones económicas hechas por la COB y llamar a nuevas elecciones. Desde un principio, Guevara planteó la idea de que un año era muy corto para realizar una elección, lo que provocó la reacción de algunos sectores (sobre todo los partidos de derecha) a un aparente prorroguismo del Presidente.

Sin embargo, la actuación más significativa del Estado Boliviano a la cabeza de Guevara fue la de ser anfitriones de la Asamblea General de la OEA en La Paz y donde por primera vez, los representantes de todas la naciones americanas habían dado respaldo a la demanda marítima boliviana con 25 votos a favor de una salida soberana al Océano Pacífico, un gran logro hasta ese tiempo de la diplomacia del país.

Guevara fue un presidente "huérfano" con un Congreso hostil a su gestión, con líderes políticos que cuestionaban sus decisiones, y unas Fuerzas Armadas que avecinaban de a poco un nuevo golpe de Estado.

EL CORONEL NATUSCH Y SUS 16 DÍAS DE GOBIERNO DE FACTO

La alegría que causó el triunfo en la OEA, duró poco. A las 04.30 de la madrugada del 1 de noviembre estalló el Golpe militar, organizada por un teniente coronel (y no así por un General), el riberalteño Alberto Natusch Busch.

Magdalena Cajías, da cuenta de que unidades blindadas de Regimiento Tarapacá del Alto, así como tanques, carros de asalto, dotados de ametralladoras y cañones, junto con un numeroso contingente de infantería ocuparon la Plaza Murillo.

El mismo periódico "Presencia" del 2 de noviembre de ese año decía que nunca antes la sede de gobierno había visto un despliegue militar como el del día anterior, tanques, tanquetas y fuerzas de infantería, mientras por el aire sobrevolaban avionetas y un helicóptero. Los militares cercaron la Plaza Murillo, la de San Francisco, la Plaza Pérez Velasco, toda la calle Comercio, la avenida Mariscal Santa Cruz, alrededor de la Universidad y el Ministerio del Interior. Todo el centro paceño estaba ocupado por militares.

En la mañana, la vergüenza internacional, todos los representantes diplomáticos que habían participado en la sesiones de la OEA, tuvieron que salir huyendo hacia el aeropuerto bajo el escándalo mundial.

Básicamente dos fueron los pretextos del golpe de Estado; primero el discurso de que Guevara quería alargar su mandato y segundo de que se volvería a tener el Estado fuerte del 52 bajo las consignas y logros de aquella revolución. Si bien hubo sectores miliares que repudiaron el golpe, grupos de corte fascista del Ejército apoyaron al gobierno de Natusch, así como sectores de empresarios privados y para sorpresa de muchos, el Movimiento Nacionalista Revolucionario de Paz Estenssoro, bajo dos de sus líderes internos, Guillermo Bedregal Gutiérrez y José Fellmann Velarde (Paz no apareció directamente en el respaldo).

Guevara se mantuvo en la clandestinidad junto a sus ministros, de donde dijo "que seguía siendo el Presidente de Bolivia". El Parlamento fue clausurado, se dictó Estado de Sitio en todo el país. Líderes y partidos políticos elevaron su rechazo al golpe mientras que la COB decidió un paro indefinido y la movilización de sus bases. Nuevamente en el país imperaba el caos dictatorial.

A medida que pasaban los días, el golpe se endurecía, ya existían los primeros heridos y muertos, cuando la resistencia popular de obreros protestaban en las calles y el Ejército implementaba bala y fuerza sin consideración alguna. Se detuvo a dirigentes sindicales y se allanaron sedes de movimientos sociales. Los muertos aumentaban y las convulsiones en los principales centros del país.

La resistencia popular fue mucho más que el golpe militar y a los 16 días del inicio del gobierno de facto, Natusch renuncia a la presidencia sin el respaldo de ninguna institución del país, poniendo fin a esta absurda aventura que causó la muerte de un centenar de bolivianos y 500 heridos en algo más de dos semanas.

Al renunciar Natusch, el Congreso decide posesionar a la Presidenta de la Cámara de Diputados. Por primera vez en la historia, Bolivia tiene una mujer en el gobierno, Doña Lidia Gueiler Tejada.

LA PUBLICACI?N DE DERECHOS HUMANOS Y LA VERG?ENZA DEL EJ?RCITO

Un episodio vergonzoso de los militares de aquellas jornadas fue la suscitada con una publicación de la Asamblea de Derechos Humanos. El directorio de la Asamblea decidió publicar un material con los excesos del golpe y la lista de 76 muertos, 140 desaparecidos y 204 heridos. Los líderes golpistas, al enterarse de la publicación, a primeras horas de la mañana enviaron a los conscriptos a comprar todos los ejemplares de aquella publicación de todos los puestos de periódico, para evitar que la gente se enterara de los sucesos. La venta de esa publicación fue un éxito, pero gracias a los militares que fueron los que se llevaron todo el material. De todas maneras Derechos Humanos volvió a publicar los sucesos.

BEDREGAL: "POR LO MENOS JODIMOS A GUEVARA"

¿Dónde radica el absurdo de este golpe de Estado? En que sus postulados carecían de legitimidad y al final ni los mismos grupos que respaldaron a Natusch se quedaron junto a él. Fueron 16 días de aventura de algunos que se oponían al retorno democrático del país.

En una entrevista de los años Walter Guevara, contó cómo el MNR (que se jactaba de ser democrático) dio su respaldo al golpe guiados por Bedregal, añadiendo: "Al terminar el golpe, en una reunión del MNR donde estuvo presente el Doctor Paz, el mismo Bedregal afirmó, ´por lo menos jodimos a Guevara´".

Fuente: Por: Edson López Aquino
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