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Viernes 01 de noviembre de 2019

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Perspectiva Minera

ENFOQUE

O fundimos nuestros minerales o se funde la industria nacional

01 nov 2019

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Así parecería configurarse el tema de la industrialización de nuestros concentrados de minerales que producen aún nuestras minas "tradicionales", y el complemento sustancial de las entregas que facilita la minería mediana privada, especialmente San Cristóbal para alimentar como el caso de la Fundición de Vinto, con mineral de estaño y con los esfuerzos que se han estado haciendo para permitir un trabajo de gran esfuerzo en la fundición de plomo y plata de Karachipampa, ésta ultima que ha estado produciendo por temporadas, debido a que confrontaba problemas técnicos, subsanables, pero altamente costosos.

En todo caso, la referencia a la actividad metalúrgica en nuestro país tiene indiscutible avance cuando se hace referencia al trabajo desarrollado en la Empresa Nacional de Fundiciones (Enaf), la primera metalúrgica estatal, pues no se puede desconocer tampoco el emprendimiento privado de la "Fundición Peró" que procesaba minerales de estaño y otros, en condiciones poco favorables (en ese tiempo) a la posibilidad de encarar como sucedió años después con la fundidora estatal.

Hasta el presente Enaf, que sigue siendo sello de garantía en los lingotes que produce la metalúrgica de Vinto, constituye una importante producción de metálico, nuestro estaño con valor agregado, que tiene varios mercados externos asegurados a los que vende su producción mensual. El hecho es que se trata sólo de estaño, aunque el producto fundido es importante materia prima para diversas industrias del exterior que compran el producto y lo transforman luego en variedad de insumos, especialmente de ferretería que también los compramos y usamos en nuestro medio.

Hasta el presente Enaf, que sigue siendo sello de garantía en los lingotes que produce la metalúrgica de Vinto, constituye una importante producción de metálico, nuestro estaño con valor agregado, que tiene varios mercados externos asegurados a los que vende su producción mensual. El hecho es que se trata sólo de estaño, aunque el producto fundido es importante materia prima para diversas industrias del exterior que compran el producto y lo transforman luego en variedad de insumos, especialmente de ferretería que también los compramos y usamos en nuestro medio.

La cadena productiva de nuestra metalurgia, que ha mejorado tecnológicamente con la incorporación del horno Ausmelt, no pasa de ese proceso, aunque existen estudios que aseguran la posibilidad de diversificar nuestra industria, pero con el salto ineludible de utilizar nuestra producción de metálicos en la industria diversa que debe ser implementada seguramente con iniciativa privada, porque la estatal es muy limitada.

En ese contexto, según los entendidos, el país sigue siendo dependiente de la exportación de nuestras materias primas "naturales", excepto el estaño, único metálico con valor agregado, por lo mismo se hace imprescindible la implementación de una política industrial de transformación que involucre la producción metalúrgica ampliada del estaño, al plomo y la plata, además del zinc como elementos de viable transformación en la materia básica de una naciente industria diversificada, que signifique la creación de miles de empleos y el paso hacia lo que se perfila como "la liberación de nuestra economía".

Lo cierto es que damos vueltas y vueltas con discursos más políticos que técnicos y por lo mismo menos viables para avanzar en la idea de Industrializar nuestros minerales para tener la materia prima necesaria para multiplicar nuestra naciente industria y ponernos en el esquema de la competencia con países vecinos que nos venden desde llaves, jaladores de muebles, pilas para sanitarios y una variedad de material de ferretería que se fabrica con parte de la materia prima que producimos en el país.

El reto está lanzado en un programa político que ojala pudiese concretarse en las esferas de gobierno: "O fundimos nuestros minerales, o se funde la industria nacional". El asunto es parte de una estrategia que debería ser elaborada en uno de los burocráticos ministerios responsable de planificar el desarrollo sostenible del país.

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