Martes 29 de octubre de 2019
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Los dirigentes "socialistas" en su clásica lÃnea de pensamiento y acción de hecho y derecho siempre recurren a la mentira. La mentira en sus puntos más espantosos al servicio de la perpetuación de un poder ilegÃtimo e ilegal, pues este modus operandi de orden claramente punible no es otro que el de alimentar la confrontación entre bolivianos, confrontación al calor del odio, del rencor y de la denodada re-re-re elucubración de una mentira.
Y esa mentira no es otra que el enfrentamiento campo vs ciudad.
Firme a la dinámica de la resaca de un organismo, la parte que contamina el mismo, es decir la politiquerÃa del masismo ha despertado de la fiesta con un convulsivo y retrógrado, además de ignaro delirio, ese delirio de persecución que pretende infundir en la ciudadanÃa boliviana, pues ese divorcio, ese odio y confrontación supuestos entre campo y ciudad son un ente inexistente.
Retrocedamos un poco.
Al calor de los intereses de las oligarquÃas de turno se despojó a los pueblos indÃgenas de la sus tierras, empero las otrora comunidades continuaron con un estrecho vÃnculo con las ciudades (que en esos tiempos eran poco más que grandes aldeas) tales vÃnculos con el tiempo no hicieron sino crecer y tras los sucesos de la reforma agraria y la época de la dictadura, este se hizo aún más grande con el añadido de crear una polÃtica institucional del gobierno de turno de respaldar sus acciones en los campesinos, naciendo al histórico pacto militar campesino.
