Vivimos una "fiesta democrática" como colofón de una fiesta de derroche, mentiras y desengaños, que a la vez pretende perpetuarse. Existe un clima de malestar general, malestar en el cuerpo de la nación boliviana provocado por la fiesta que señalamos, a tal situación se tiene una fiebre de "mesianismos" con elegidos para salvar a Bolivia, salvación que empaña la voluntad democrática del pueblo al haberse en la práctica votado no por una propuesta o una estructura polÃtica sino por la antipatÃa o simpatÃa que despertaba en el votante el caudillo de turno.
En consecuencia la democracia retrocede tal cual lo harÃa un organismo afectado por excesos festivos, causa y efecto, acción y reacción, voto y desilusión.
Son sÃntomas esta aparente acción de fraude electoral, agravado por el silencio del órgano electoral, los hallazgos de boletas, la tradicional soberbia del gobierno.
En la fiesta electoral se votó por un sentimiento de contra y acaso hasta rencor, con sus obvias y hasta merecidas razones, se develó la caÃda inevitable del sistema polÃtico partidario de Bolivia cuyo último representante esperemos sea el Movimiento Al Socialismo, las propuestas estuvieron ausentes y el factor común fue "no importa si gana X candidato siempre que pierda evo".
Curiosamente se repite otro triste pasaje de nuestra historia donde Guillermo Bedregal sobre el sangriento fracaso de su golpe de estado con el criminal Natush Busch donde no importó que su golpe fracasara, que no retengan la presidencia, ni que hayan muerto centenares de bolivianos, sino que importó que "jo� a Guevara" (el presidente de Bolivia en ese momento).
¿Coincidencia? Quizás sÃ, quizás no.
Preliminarmente y sin que se detenga por falta de centro de cómputo el gobierno aclama una victoria sin tener la mayorÃa en parlamento y voces furibundas desde la oposición unida en torno a la segunda vuelta y la figura de Carlos Mesa llaman a la desobediencia civil.
El organismo habrÃa despertado de la fiesta y estarÃa mostrando los sÃntomas de la resaca, adivinándose un dolor inevitable para la nación boliviana.
Pero queda mucho que rescatar de todo esto, que por primera vez se eligió el rechazo absoluto, tan absoluto que la supuesta victoria electoral del partido de gobierno, se ha constituido en una afrenta directa al sentir popular, y al mismo tiempo todos debemos recordar que la defensa de nuestros votos o más exactamente de la voluntad del soberano puede más que todas las artimañas del MAS.
Más allá de las elecciones, más allá de la actual resaca electoral y sus dolorosas consecuencias está la defensa de la voluntad del pueblo de Bolivia, defensa que hemos jurado ejercer y no dudaremos en hacerlo, el organismo de la nación se recuperará e impondrá su ley.
Porque examinando la historia de la defensa de los derechos del pueblo frente a los abusos la evolución se convierte en revolución.
(*) Es asambleÃsta orureño
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