Lunes 21 de octubre de 2019
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Editorial y opiniones
EDITORIAL
Marcada incertidumbre en el electorado
21 oct 2019
Sin embargo, hay quienes dicen "que no se puede confiar en el árbitro electoral", y ese solo hecho profundiza la incertidumbre del electorado nacional, esperándose que en los días venideros, se defina el resultado, tras un estricto control de la ciudadanía, sobre los actos de un Tribunal Electoral, que no garantiza respeto al voto del pueblo. Todo puede pasar, ojalá sea con respeto a la democracia y la CPE
Cumplida la jornada democrática con una respuesta altamente responsable por parte del electorado boliviano, lo que queda luego de marcar las papeletas de voto, en función a la preferencia, pero sobre todo al criterio de los ciudadanos, queda la parte más compleja y la de mayor incertidumbre, pues tiene que ver con los resultados y con la definición que marquen esas cifras para establecer si hay un solo ganador, o como no había sucedido anteriormente, con la posibilidad de tener un segundo candidato que con el apoyo ciudadano que reveló su decisión de "votar por el cambio", puede obligar a una segunda vuelta, cuyos resultados son impredecibles, dadas las condiciones de un manifiesto cambio en la voluntad del electorado nacional.
En todo caso, este proceso del recuento oficial de votos, sumando los que lleguen al centro de cómputo desde los países con electorado activo, y se añada también la votación que se origina en las provincias, es decir que hay un periodo de verdadera incertidumbre, sabiendo que el ?rgano Electoral, no ha recuperado credibilidad de la ciudadanía y que el proceso de cómputo está bajo su tuición, sin mayores garantías que el seguimiento por parte de la ciudadanía, que por razones obvias no representa una garantía frente a las cifras que maneje la autoridad electoral.
Si hay algo cierto, según los analistas es que "después de más de 10 años, se vislumbra una competencia electoral que hace frente al oficialismo", es más, indican los observadores, se trata de una respuesta a una serie de irregularidades que se han registrado en el último tiempo comprometiendo la imagen del partido gobernante, pero además poniendo en absoluta duda la garantía que ya no tiene el Tribunal Supremo Electoral, lo que implica una falta de garantía a los resultados de un proceso que tuvo respuesta muy clara del electorado que concurrió disciplinadamente a las urnas, aún sabiendo del trabajo incongruente del "arbitro" electoral.