Eliminar la pobreza extrema, tarea de imperiosa necesidad

Y aunque se observe el tema con el lente de la política actual, en tiempo electoral, el problema de la pobreza vigente es un aspecto que ha sido objeto de referencias poco sólidas por los candidatos a la gobernabilidad nacional, admitiendo incluso en el frente oficial, la vigencia de un "estado de pobreza" que afecta a menos gente, pues mucha que se encontraba en tal situación ha logrado salir de ese marco y pasar a otro intermedio, que está muy bien camuflado en el denominado sistema de la "clase media", sin lugar a muchas observaciones, pero tan evidentes que han dejado para un plan político el tratamiento de la grave situación de miles de bolivianos que siguen siendo parte de la "extrema pobreza". Ahí está el asunto.

El Gobierno insiste a través de los medios oficiales, en el sentido de mostrar un crecimiento sostenido del país, ubicado según algunos organismos internacionales como el primero de la región en tasa de crecimiento, con un porcentaje que de manera oficial estaría por encima del 4,5 %, en tanto que las entidades financieras internacionales, señalan que ésta gestión tal crecimiento bordeará el 3,9 por ciento. Para el ministerio que define las políticas financieras nacionales, el PIB definirá una vez más, el pago del doble aguinaldo.

A propósito del tema y justamente en relación al "doble aguinaldo", se establece una situación que ha sido demostrada no sólo en cifras, sino en hecho concretos, mostrando que la diferencia en el uso de recursos es muy marcada, favoreciendo al sector especial de la administración pública, que ha crecido en número y que por lo mismo se siente muy segura de tener un beneficio extraordinario, que lamentablemente no llega del mismo modo al todavía discriminado sector social del país que vive en extrema pobreza, especialmente en el área rural, donde el beneficio extraordinario, es más bien contradictorio, mostrando que la equidad social, es un enunciado meramente partidista.

Este último tiempo se puso en el tapete de la observación, el caso de los miles de bolivianos que viven en condiciones totalmente marginadas, sin servicios básicos, sin posibilidades de compartir las ventajas que mueve al sector migrante, que deja el campo y se asienta en las ciudades, conformando esa nueva clase media emergente, que una vez consolidada, ya no tiene mirada para esa cantidad preocupante de los pobres más pobres.

Días atrás, propiamente el pasado 17 se conmemoró el Día Mundial de la Lucha Contra la Pobreza Extrema, así de abierta una recordación que sin embargo todavía no alcanza a motivar una generalizada reacción ciudadana, en pos de eliminar en cada país, también en el nuestro ese porcentaje de gente pobre, que sigue siendo parte del lastre social del Gobierno y de la colectividad en conjunto, pues resulta que todos sabemos del problema, pero los responsables de activar remedios contra ese mal, están muy preocupados de atender a sectores sociales que "pagan factura", algo que los pobres no pueden hacerlo.

La última celebración del Día Mundial de Lucha Contra la Pobreza Extrema, ha servido para ratificar el interés de ciertas instituciones y el trabajo de activistas sociales para luchar con mayor ímpetu, contra todas las formas de injusticia que mantienen a miles de seres humanos debatiéndose en la extrema pobreza. Una situación que debe desaparecer.

Los políticos tienen el deber de incluirse en una cruzada nacional para erradicar la extrema pobreza, una actitud solidaria por encima de ofertas electorales.