Diálogo sincero

En el tiempo reciente se fueron perdiendo las buenas costumbres dentro del hogar, y cuando nos referimos a ello, mencionamos que la familia ya no es lo que era una década atrás como mínimo. La necesidad económica de la casa, origina que el varón como la mujer, salgan a la calle a trabajar, con el objetivo de tener un sustento que permita la subsistencia de la familia.

Si bien existe un hecho de cooperación mutua, entre los dos pilares del hogar, se puso en vilo el descuido hacia los hijos, quienes no tienen ni la más delicada atención en cuanto a sus problemas y más si son adolescentes.

Aquel hecho provoca una brecha en el diálogo entre padres e hijos, quienes al no verse con una figura paterna o materna oportuna, caen en una serie de desaciertos que a futuro traen consecuencias irreversibles, como por ejemplo, un embarazo precoz o adquirir una infección de transmisión sexual.

La ausencia de los progenitores en la casa, obliga a los adolescentes a asumir sus propias decisiones, sin conocer el mundo, y muchas veces están tan equivocadas porque sólo reciben el consejo de sus compañeros de colegio, de barrio o su grupo de amigos.

La falta de un diálogo sincero ocasiona en los jóvenes que su camino se pueda ver torcido, por decirlo de alguna manera. Otro aspecto del diálogo sincero, que muchas veces, por la mala preparación de los padres, no llegan a comprender cómo deben educar a sus hijos en el tema sexual, algunas de las causales pueden ser los prejuicios, la falta de comunicación o la falta de preparación respecto a un tema muy delicado.

Desde niños, los hijos deben conocer estos temas, con el único objetivo de prepararlos para la vida y en un futuro muy lejano no se dejen sorprender con las primeras experiencias, anteponiendo en su mente una serie de mitos respecto al sexo.

La mejor medicina para no tener problemas en un futuro es la prevención, sólo así permitirá a nuestra sociedad madurar y llegar a tener a una juventud preparada y que sepa asumir una decisión madura. Por ello, es importante comunicarse a través de un diálogo sincero.

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Fuente: Por: Soledad Antezana - exclusivo para Tu espacio Licenciada en Enfermería - Salud del Adolescente