Es el acto por el cual una persona de forma voluntaria y secreta expresa su apoyo o preferencia por cierta moción, propuesta, candidatura o selección de candidatos durante una votación.
En la polÃtica, se usa el voto para que los electores elijan a los miembros del gobierno u otros cargos públicos y representantes. Cada paÃs establece sus propias normas y mecanismos sobre la forma en que se efectuarán las distintas elecciones.
El voto es una condición necesaria para que un sistema polÃtico sea democrático, sin embargo, existen gobiernos autoritarios a los que no se les puede llamar democráticos, en razón de que estos restringen la participación de candidaturas propiciando juicios, persecuciones, difamaciones y acosos públicos a sus circunstanciales adversarios polÃticos, lo que hace que las elecciones no se celebren exclusivamente en sistemas polÃticos democráticos.
Hay sistemas autoritarios que, conscientes de su incapacidad de forjar legitimidad, se sienten tentados a recurrir a las elecciones, las cuales tienen un carácter plebiscitario y se desarrollan sin garantÃas de limpieza democrática que soslayen las violaciones sistemáticas, y generalmente virulentas, de las reglas de juego inherentes a las democracias.
Las elecciones en dictaduras anulan y crean obstrucciones de gran calibre o son beligerantes con la conducta competitiva partidista. La confrontación partidista es reemplazada por la omnipresencia de un partido único, o bien, por amagos de diversidad con la presencia de candidatos supuestamente alternativos porque, al fin y al cabo, se entiende que este tipo de elecciones no afectarán, en ningún caso, a quienes detentan el monopolio del poder.
La transición polÃtica desde sistemas autoritarios hacia una democracia, tarde o temprano, deberá seguir la vÃa de unas elecciones libres con sufragio universal desde la constitución.
El poder del voto tiene una fuerza extraordinaria en paÃses que gozan de democracias sólidas y fortalecidas con la vigencia del estado de derecho, la existencia de órganos electorales independientes sin afinidad e inclinación polÃtica a los que se encuentran en función de gobierno, con fortaleza seguridad y solvencia en la organización, administración y ejecución de procesos electorales libres, secretos, transparentes que brindan seriedad, confianza certeza en la entrega pronta y oportuna de resultados, lo que constituye una verdadera "fiesta democrática" en razón de que su realización es en estricto cumplimiento a sus Constituciones, Leyes y reglamentos donde los candidatos cumplen requisitos fundamentales expresados en convocatorias apegadas a normativas jurÃdicas y la pugna se da en igualdad de condiciones.
Los resultados expresados y publicitados al concluir la jornada electoral resultan correctos fiables y cristalinos lo que de manera lógica generan ganadores y perdedores.
En el caso de que los segundos se encontrasen en función de gobierno efectúan el traspaso de gobierno a los primeros como corresponde, actitudes constitucionales que fortalecen los valores y principios democráticos.
En regÃmenes hÃbridos, el voto NO tiene poder o fuerza democrática porque sus democracias se encuentran debilitadas, por acciones de estos gobiernos que practican la "Dictocracia" donde no existen: estado de derecho, libertad de expresión y división de poderes. La violación de los derechos humanos es normal. La corrupción es una actividad cotidiana de todos los dÃas. Se judicializa la polÃtica. La justicia, fuerzas armadas policÃa y Ministerio público son utilizados en beneficio de los que se encuentran en el poder.
Violan sus Constituciones y las leyes la distorsionan con el propósito de perpetuarse en el poder, se inician juicios polÃticos injustificados por medio de los cuales se persiguen y acosan a personas, lÃderes de organizaciones sociales y polÃticos opositores que piensan o manifiestan opiniones contrarias a los que se encuentran en función de gobierno. Autoridades de los órganos electorales son designadas por estos gobiernos los que trabajan a favor y beneficio de los mismos, beneficiándoles con reglamentos y disposiciones, quitando de esta manera el sentido democrático de los procesos electorales, actitudes que devalúan y des-institucionalizan la jerarquÃa e importancia democrática que tienen estas entidades.
El poder del voto pierde su fuerza democrática porque no se respetan los resultados correctos y el fraude es promovido razón por la cual la organización y ejecución de procesos electorales no gozan de certeza, credibilidad y confianza motivo por el cual estas se convierten en "tristeza Democrática", porque la democracia -en estos paÃses-, están camino a la extinción y la convivencia en sociedad es violentado por el autoritarismo de sus gobernantes Los gobiernos producto de estas irregularidades y anomalÃas pierden su legalidad y legitimidad.
En estas circunstancias el poder del voto debe ser cada vez más grande fuerte y robusto lo que se logrará con la participación activa de los ciudadanos en procesos electorales y la asistencia masiva a los recintos electorales para elegir a sus candidatos de su preferencia ejerciendo sus derechos civiles y constitucionales. El voto otorga poder a los eventuales vencedores de una contienda electoral y estos no pueden aprovechar su condición para violar sus constituciones y Leyes con el propósito de perpetuarse en el poder. Estas intenciones y actitudes originan el descontento y malestar en el soberano ocasionando conflictos y manifestaciones sociales que violentan, convulsionan y agitan la vida tranquila y serena en sociedad.
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