EDITORIAL

Las diferencias entre las más importantes potencias del mundo, pueden solucionarse en base al diálogo, la concertación y la responsabilidad de evitar un desastre mundial, sólo por mantener caprichosas posturas que, analizadas "fríamente" permiten a los grandes líderes dilucidar conflictos, sin llegar a los extremos.

Un ejemplo de ésta situación se observa con el anuncio de Estados Unidos de Norteamérica, que decidió suspender la anunciada elevación de aranceles a la China, tomando en cuenta ciertas condiciones expuestas y admitidas por las partes al eliminarse el plan de subir del 25 al 30 por ciento los aranceles a importaciones chinas por un valor de 250.000 millones de dólares, una suma elevadísima en materia de transacciones de comercio exterior.

Ya existe un acuerdo preliminar y parcial, logrado en un evento internacional en el que participaron entre muchos delegados, los representantes de China y EE.UU. ocasión en la que el secretario del Tesoro de EE.UU. confirmó la decisión del Presidente Donald Trump de no elevar los aranceles vigentes con China, al haberse alcanzado un acuerdo con el gigante asiático para poner fin a la guerra comercial entre esas potencias.

El texto del documento será preparado en los próximos días y se anticipa que en el mes de noviembre próximo (16-17) en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia - Pacífico, APEC que se cumplirá en Santiago de Chile, sería suscrito oficialmente el acuerdo de entendimiento y según adelantan los expertos, también de refuerzo a las buenas relaciones entre las enormes potencias comerciales del mundo.

Para dar relieve al acontecimiento el mandatario norteamericano confirmó que estará en Santiago de Chile para suscribir con su homólogo asiático, lo que ahora se denominará "el festival del amor", que cambiará totalmente la situación de alta fricción entre las dos potencias. Recuérdese que surgieron amenazas muy serias que dejaron entrever una peligrosa escalada armamentista cuyas consecuencias serían letales para la paz mundial.

El "festival del amor" entre las dos potencias es sólo la primera fase de por lo menos dos acuerdos más que complementarán una estrategia de entendimiento, cumplimiento de ciertas medidas por parte de ambas naciones y un abierto interés estratégico de aplicar cambios en función a intereses comunes, incluyéndose una posible devaluación de la divisa china y el movimiento de asuntos de propiedad intelectual en materia socio cultural y se avanzará incluso en la futura transferencia de tecnología con la China.

Este asunto es interesante en el tiempo presente, cuando existen graves problemas entre países de algunas regiones del continente, que en menor comparación al tema que se presenta entre las más grandes potencias del mundo, podrían ser resueltos, si la habilidad de gobernantes permitiese seguir ejemplos de sustancial valor, cuando se trata de buscar y apoyar las condiciones de vida pacífica, reconociendo derechos y respetando el orden constituido de naciones libres y democráticas, además responsables de afirmar el avance de factores de integración regional, que hagan más fuertes a los países que por supuesto tienen objetivos similares para cuidar la vida de sus habitantes, haciendo cada vez más fuerte la unidad y solidaridad entre naciones de similares características.

El "festival del amor" entre naciones lejanas en su ubicación territorial en el mundo, con diferentes idiomas, con características sociales contradictorias pero asimilables por las nuevas generaciones, hacen posible eliminar profundas controversias y llegar por la vía del entendimiento a fortalecer la paz del mundo y la convivencia pacífica, elementos fundamentales de la democracia, la libertad y la justicia.