EDITORIAL

Según los observadores políticos, el asunto va por ese lado y más allá del interés directo en alcanzar los primeros puestos de gobernabilidad, presidencia y vicepresidencia, el interés está dirigido a lograr por cada partido, la mayor cantidad de representantes en la conformación del nuevo parlamento. De los nueve candidatos para las próximas elecciones, por lo menos seis saben que su única alternativa, más remota para unos que para otros, es lograr algún curul, sumando de todos modos el caudal de votos que pueda tener en el escrutinio final.

Como se presenta el panorama a escasos días de las elecciones, serán dos los candidatos de mayor preferencia electoral, uno más podría terciar en la disputa de los cargos superiores del próximo gobierno y sin adelantar ninguna predicción, para el electorado nacional, se presentaría el domingo, la opción de una segunda vuelta, ejercicio de votación que prolongará por varias semanas la definición en la conformación del nuevo Estado democrático, naturalmente, las expectativas de los candidatos al parlamento quedarán en suspenso.

En la mayoría de los procesos electorales, ese interés de importantes segmentos ciudadanos, inscritos, afiliados o simples seguidores ideológicos de partidos o plataformas se patentiza en ciertas pugnas internas, pues para los grupos "partidistas", el premio a la constancia o lealtad partidaria se expone en la conformación de las listas parlamentarias esperando que los votos "que arrastran" esos ciudadanos fortalezcan el resultado de los votos y aseguren curules en una de las cámaras. De ese modo el candidato cobra su factura, que le redituará importantes ingresos en toda la gestión.

Ha transcurrido el tiempo con asombrosa velocidad y ese evento que se lo veía lejano está ahora a la vuelta de la esquina y haciendo latir apresuradamente corazones y sentimientos de los candidatos parlamentarios, dejando un poco "a la suerte", la definición ciudadana que emitirá sus voto eligiendo entre no más de tres, en la punta del iceberg gubernamental, el resto, seis en este caso, tendrán que observar la realidad de los hechos, con sentido crítico, cuando se cuenten y se sumen los votos a favor, que pueden ser la esperanza de muchos y los votos en contra que liquidarán los sueños de postulantes soñadores.

Si hay algo interesante en el proceso que actualmente vivimos, es la reestructuración del modelo de actividad política y la participación ciudadana, que confrontaron muchas limitaciones en periodos pasados y que en el presente, aún si una apertura total en materia de respeto a la democracia, permitió la apertura de las puertas de costado, no siempre las del frente, para que centenares de ciudadano se perfilen como candidatos políticos en pos de formar parte del nuevo parlamento.

Ahí está el detalle del sistema político que se mueve en un escenario de ciertas dudas configuradas a pocos días de las elecciones, en una serie de eventos públicos que convocan la participación ciudadana y que tal movimiento sirve para medir la respuesta del electorado a las propuestas partidarias y claro está, a la representación parlamentaria, un detalle que de peso mínimo, puede tener cierta importancia, cuando se trata del movimiento de miles de seguidores políticos.

La situación está en curso de cumplimiento, en cuestión de unos días se conocerán las opciones más próximas a formar un nuevo Parlamento, en el que por supuesto y esto no debe alarmar a nadie, se pondrá en juego el derecho de elegir entre supuestamente los candidatos con vocación de servicio o los que tendrán una lotería por mucho tiempo, en ambos casos para el votante, sólo queda la esperanza de tener un mejor país.