37 años de vida democrática

El 10 de octubre, cumplimos 37 años de vivir en democracia, el mejor sistema de vida y de gobierno que tienen los países, después de haberse superado muchos años de gobiernos defacto o dictaduras que han impuesto el derecho de la fuerza en lugar de la fuerza del Derecho que es la vigencia de la Constitución y las leyes.

Treinta y siete años de vivir en democracia no siempre han servido para que tanto políticos como siquiera una parte del pueblo, hayan entendido el valor de la libertad, la democracia y la justicia. Tenemos libertad es algo innegable; pero esa libertad se ve restringida por el hecho de que en los últimos 14 años no se respetó la institucionalidad que debió funcionar en el país. Tampoco podemos hablar de justicia cuando el Poder Judicial prácticamente no ha funcionado y el último proceso de "elecciones para jueces" no ha servido para nada y, al contrario, ha sido para que la administración de justicia, nuevamente sea manoseada y manejada conforme a intereses creados.

Treinta y siete años de vivir en democracia pero con vigencia muy débil en muchos aspectos porque no se ha comprendido plenamente sus valores, sus principios que se basan especialmente en los derechos humanos, en la vigencia plena de las normas constitucionales, en el cumplimiento absoluto de todas las leyes y, sobre todo, en que cada Poder del Estado actúe conforme a los dictados constitucionales y que no sea motivo para manejar o manipular la democracia conforme a intereses y conveniencias político-partidistas o de grupos o siguiendo instintos y conveniencias personales.

Vivir en democracia es actuar conforme a sus lineamientos y principios; es, sobre todo, acatar las normas que rigen la vida de los pueblos, dan autoridad plena, justa y transparente a la actuación de las autoridades y tiene vigencia la justicia por la conducta idónea, límpida y correcta de los tribunales de justicia. Vivir en democracia es, finalmente, actuar en consonancia con los derechos humanos que no pueden tener ni un mínimo de alteración o atentados a su vigencia y donde todos los estantes y habitantes del país actúan en conformidad con virtudes que se trocan en valores y principios puestos al servicio del bien común.

Vivir en democracia es que los Poderes del Estado, empezando por el Legislativo - principal y primer Poder del Estado - actúen plenamente sujetos y sometidos a las leyes; que cumplan sus deberes y obligaciones, que entiendan que sus miembros han sido elegidos para servir al país y no para servirse de él.

La democracia es vivir, pues, sujetos a la moral y a entender que los derechos de uno terminan donde empiezan los derechos de los demás y que nadie, por poder que tenga, puede vulnerarlos, mansillarlos o rebajarlos.