Para no entrar en la especulación y tener una idea concreta, será importante dar conceptualizaciones a cuatro singulares palabras; federalismo, autonomÃa descentralización y centralismo.
La autonomÃa supone la creación, en el seno de un Estado unitario, de entidades polÃticas nuevas, dotadas de poderes normativos y de auto organización, pero carentes de poder originario de mando y de poder constituyente.
La descentralización consiste en una transferencia de poder desde el gobierno central hacia diversas autoridades que no se encuentran subordinadas a nivel jerárquico. Esto quiere decir que, en su ámbito de injerencia, estas autoridades pueden tomar decisiones autónomas.
La descentralización consiste en una transferencia de poder desde el gobierno central hacia diversas autoridades que no se encuentran subordinadas a nivel jerárquico. Esto quiere decir que, en su ámbito de injerencia, estas autoridades pueden tomar decisiones autónomas.
Entre las denominaciones de federalismo y autonomÃas se podrÃa mencionar que ambas son primas hermanas, salvo la gran diferencia que el primero busca la integración polÃtica mediante la creación de una unidad superior hasta entonces inexistente, mientras que el otro busca limitar el poder del Estado unitario preexistente en aras de la personalidad de los entes autónomos, pero ambos por la vÃa de una descentralización polÃtica frente al centralismo burocrático. Descartando rotundamente que ambos son medidas divisorias y separatistas.
Si bien desde el 2009 somos un Estado Autónomo (teóricamente) aun no pudimos ingresar de lleno al mismo, los ejemplos más claros son que la mayorÃa de los gobiernos departamentales no cuentan con estatuto autonómico, ni que decir de los gobiernos municipales que en su mayorÃa no cuenta con sus respectivas cartas orgánicas, más aun cuando las competencias exclusivas que nos da la CPE no dan la suficiente apertura para autogobernarse.
Entrando a un ejemplo especifico; los recursos del TGN (Tesoro General de la Nación) estos son manejados en un 88 % por el nivel central y el restante 12 % es distribuido a 9 gobernaciones, 339 municipios y 11 universidades lo cual denota un manejo centralista de los recursos de todos y de ahà que nace un sentimiento de buscar una redistribución equitativa de los recursos (pacto fiscal) sin embrago este nunca prospero a causa del centralismo, y la palabra federalismo pareciera responder a solucionar esta demanda.
Las respuestas que podemos sintetizar serÃa tomando en cuenta la naturaleza del orureño, es que sino socializamos debidamente podrÃa crear zozobra, mientras tanto será importante señalar que la única vÃa para poder ser dueños de nuestro destino y auto gobernarnos será primero promover la descentralización del Estado, aplicando los principios del federalismo en los lÃmites de la Constitución PolÃtica del Estado, garantizando un piso social mÃnimo, independientemente de donde habiten, y que se pueda ganar en equidad e inclusión social, y dar un nuevo y definitivo impulso a la consolidación y desarrollo del sistema autonómico.
Descentralizando por ejemplo; la salud, educación (los servicios más próximos y esenciales de las personas), el manejo de nuestros recursos (litio, minerales, cemento, etc.) y buscar colectivamente la consolidación de un pacto fiscal.
Esperando una postura oficial del ciudadano, seguimos atentos y a la orden de cualesquier eventualidad.
(*) AsambleÃsta Orureño
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