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Lunes 07 de octubre de 2019

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Ariel "peta" Juárez y su amor por el fútbol

07 oct 2019

Fuente: LA PATRIA

Por: Dehymar Antezana - Periodista

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Era muy pequeño y como todo niño tenía muchos sueños, sin embargo, había uno en especial, el de convertirse en un futbolista profesional. Por eso cada día, en su casa en la ciudad de La Paz, se veía al espejo y se imaginaba como todo un "crack". De aquellos años no pasarían muchos ya que su camino estaba abierto para llegar a conquistar a su gran amor, el fútbol.

Esa vivencia está grabada en la mente y el corazón de Ariel "peta" Juárez Montaño, hoy un gran baluarte del fútbol nacional y figura clave en San José de Oruro. Sus ojos se abrieron el 26 de marzo de 1988 en su natal La Paz, para entonces, ya tenía un balón de fútbol en su poder, lo que hacía suponer que su destino iba a estar marcado por el deporte de multitudes.

Si bien, antes que él, ningún miembro de su familia jugó al fútbol profesional, sí eran futboleros de siempre, participando en una serie de campeonatos de toda índole, ese hecho originó que a "peta" le circule por las venas, lo que ama hoy en día.

Si bien, antes que él, ningún miembro de su familia jugó al fútbol profesional, sí eran futboleros de siempre, participando en una serie de campeonatos de toda índole, ese hecho originó que a "peta" le circule por las venas, lo que ama hoy en día.

"Todos los fines de semana estábamos de cancha en cancha con mis hermanos y toda la familia y eso fue fundamental para que me llegue a gustar el fútbol. Después cuando podíamos ir a la cancha, era ver a los equipos paceños y eso fue importante en mi vida. Además el vivir al frente de una cancha y parar ahí todos los días creo que nació la ilusión de un día ser futbolista", mencionó.

Desde sus cinco años comenzó a patear el balón y a medida que iba creciendo lo hacía constantemente en las villas de La Paz. Cuando cumplió 14 años, se inscribió a la escuela de fútbol del Club Bolívar, posteriormente tuvo la oportunidad de jugar en la selección de La Paz.

Su estilo de juego y la capacidad que demostraba dentro en la cancha, permitió que a los 17 años llegue a la Selección Boliviana, categoría juvenil, para jugar un campeonato sudamericano. Una vez que volvió de esa experiencia, el profesor Abdul Aramayo, campeón con la Selección Boliviana en 1963, lo convocó para que sea parte del plantel bolivarista y su sueño al fin se convierta en realidad para ser un jugador profesional.

"No creía que podía llegar, sabía que iba a ser difícil, lo tomaba como un sueño y cuando tuve la oportunidad de ver cómo es el fútbol, la ilusión creció y el objetivo era mayor. Cuando me convocó el profesor Abdul Aramayo no podía concretar, había desesperación mía y el momento que subí a primera división, pasé momentos muy duros, no fue nada fácil, creo que el estar ahí era muy difícil llegar a Bolívar porque había una gran camada de jugadores", dijo.

Señaló que en esa época se dedicaba a recoger agua y en algún momento pensó que el ser futbolista no se iba a dar. Tuvo que pasar un año, él ya tenía 18 y nuevamente lo llamó el profesor Abdul Aramayo. Esta vez la situación sería diferente y fue tomado en cuenta en el equipo por el entonces profesor Carlos Aragonés, quien lo hizo debutar en Bolívar.

Como lo dijimos, la "peta" tenía 18 años. Era parte del plantel juvenil y su debut inesperado se dio frente a San José, el último partido que se disputó en la gestión 2005.

El 2006 fue su debut oficial con el primer plantel de Bolívar cuando viajaron a la ciudad de Santa Cruz, para enfrentar a Blooming. En esa ocasión el profesor Carlos Aragonés lo tomó en cuenta y ganaron 1 a 0 con gol de Limbert Gutiérrez.

"Fue un sueño y como en ese momento era hincha del Club Bolívar, el poder estar ahí y cuando me dijeron que iba a debutar el domingo, fue una sorpresa enorme para mí y mi familia. Me dieron el uniforme del club para viajar, era lo que todo niño sueña y más el poder estar en esa cancha con grandes jugadores que uno los veía de niños, como Limbert Gutiérrez, Oscar Sánchez, Carlos Sandy, fue una emoción muy grande que nunca podré olvidar en mi vida", afirmó.

Desde ese momento, Aragonés le dio continuidad para que jugara en lugar de Gaty Ribeiro. Disputó los 22 partidos de la liga, a un inicio sólo 45 minutos y después los 90. Su puesto era de volante de contención, sin embargo, como había la norma de que jugara un sub-20, la "peta" dijo a Aragonés que jugó de lateral a la pregunta del técnico, pese a que nunca lo había hecho.

Hasta el 2010 estuvo en Bolívar, luego fue dado a préstamo a Real Potosí. Donde estuvo por un año, el 2012 volvió a Bolívar, se quedó un año más y el 2013 llegó a la ciudad de Oruro para jugar en San José, equipo que lo acoge desde entonces.

"Pensaba estar un año, pero mira como es la vida, ya llevo muchos años, donde me siento muy cómodo, muy feliz y agradecido con toda la hinchada. San José representa mucho, porque salí de Bolívar no de la manera que hubiese querido, por ahí son esas espinitas, pero el venir a Oruro me hizo olvidar todo eso, el apoyo de la gente, desde la primera vez que tuve la oportunidad de jugar aquí fue impresionante", manifestó.

Indicó que hubo la oportunidad de irse a otro equipo, pero no lo hizo porque su objetivo era lograr un título con San José y lo logró. Asimismo, recordó que ese momento fue uno de los más importantes de su vida deportiva, entre otros jugar con Bolívar partidos internacionales, como pasó en San José cuando jugó frente a River Plate por la Copa Libertadores de América.

El primer gol que convirtió en San José fue contra Bolívar el 2014 y con ello, se sacó la espinita que tenía contra el club que lo vio nacer como futbolista.

La "peta" aún tiene sueños y su objetivo es ser convocado a la Selección Boliviana, por ello, espera su oportunidad y luego quizá salir al fútbol del exterior. Asimismo, pidió a los niños que sueñen y luchen por esos sueños, ya que la perseverancia es importante, pese a las piedras que se puedan presentar en el camino.

"Cuando uno quiere lograr ese sueño, hay que persistir y en un momento, las cosas se darán", indicó antes de despedirse, sin antes señalar que el apodo de "peta" se lo pusieron en el Bolívar. ?l iba a ese club con su petita, pero lo estacionaba lejos del club, porque sentía pena al no tener un vehículo como el resto del plantel, modelo del año. En una oportunidad cuando se iba del entrenamiento, fue sorprendido por tres de sus compañeros, quienes le bautizaron como "la peta" Juárez.

Fuente: LA PATRIA
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