Pero antes de que John Rambo apareciera en pantalla, Gritz ya tuvo un primer intento de triunfar en el cine. Fue en 1976 y nada más y nada menos que gracias a Francis Ford Coppola y su megalómano proyecto Apocalypse now.
Veamos el contexto: son los ochenta, un actor llamado Ronald Reagan está en la presidencia de EE.UU. y la polÃtica es de lo más peliculera. Gritz se planta en Washington y afirma que el sudeste asiático está lleno de marines oficialmente desaparecidos en combate que han sido capturados por comunistas durante sus misiones secretas. Es imperativo que los buenos patriotas los rescaten, claro. ¿Les suena de algo? Pues, básicamente, es el argumento de Rambo: Acorralado - Parte II (George P. Cosmatos, 1985) y de la icónica imagen de Sylvester Stallone con una cinta roja en el cabello y sus archiconocidos arcos y flechas a lo Orzowei.
Claro, que por eso de que la realidad supera a la ficción, mientras en el filme la aventurilla del amigo John estaba financiada por la CIA, en la vida real la sufragaron dos estrellas del calibre de Clint Eastwood y William Shatner (el capitán Kirk de Star Trek). La segunda parte de Rambo se convirtió en sÃmbolo del reaganismo y en molde copiado por los futuros Chuck Norris, David Carradine y demás estajanovistas del exterminio solitario de charlies.
Con todo, Gritz seguÃa obsesionado con la posibilidad de que otros miembros de las fuerzas especiales estuvieran atrapados en el sudeste asiático. En 1986 viajó en su última expedición al Triángulo de Oro de la droga. Finalmente, se convenció: vale, no habÃa prisioneros. Pero habÃa drogas, muchas drogas. Gritz se entrevistó con Jun Sa, señor de la guerra y considerado el rey del opio birmano.
TodavÃa activa, en su página web se mezcla la oferta de cursillos sobre cómo usar un cuchillo con fotogramas de Arnold Schwarzenegger ataviado como Conan. En esta fase, Gritz decidió poner en negro sobre blanco sus crÃticas al Gobierno de Washington, publican do libros (A nation betrayed, Called to serve, My brother´s keeper) que denunciaban su corrupción y extraños vÃnculos con todo tipo de enemigos del pueblo estadounidense, desde Kennedy hasta Nixon, pasando por Reagan y Bush padre.
Hoy, Bo Gritz lleva una plácida vida en su rancho. Lo mismo -lo han adivinado- que John Rambo en su nueva entrega Rambo: Last Blood. A Stallone lo saca de la doma de caballos la acción de unos proxenetas mexicanos (los españoles Sergio Peris-Mencheta y Ã?scar Jaenada, que interpretan a los hermanos MartÃnez).
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