Warning: inet_pton(): Unrecognized address in /home/lapatri2/public_html/wp-content/plugins/wordfence/vendor/wordfence/wf-waf/src/lib/utils.php on line 28

Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8
Dime para qué gestionas y te diré qué reproduces - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Loading...
Invitado


Domingo 06 de octubre de 2019

Portada Principal
Cultural El Duende

Dime para qué gestionas y te diré qué reproduces

06 oct 2019

María Silvana Vázquez Valdivia *

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

En el anterior artículo describí "los quienes" de la gestión cultural, esas personas que están dentro o fuera de instituciones que generan proyectos y procesos, que pueden orientarse para reproducir modelos sociales, ideologías de desigualdad hasta generar cambios para el mundo. Esos quienes no sólo son personas, también son organizaciones o instituciones, públicas y privadas.

El propósito de este tercer artículo es hacer visible y consciente los para qué de la gestión cultural, o lo que defino como su sentido político. Es por esta dimensión que la gestión cultural ocupa un espacio destacado en campos de disputa e interés colectivo.

Como no pretendo banalizar el término "dimensión política" recurro a la diferenciación teórica entre la política y lo político que encuentro de autores como Pierre Clastres (Sociedad contra el Estado), François Châtelet (Los marxistas y la política), Bolívar Echeverría (Cuestionario sobe lo político) y Eduardo López Zavala (Valor, espacio y poder. Notas para un ensayo general sobre las formas de comunidad ilusorias), y principalmente este último es quien define que la y las culturas operan en un campo diferenciado entre la política y lo político.

Como no pretendo banalizar el término "dimensión política" recurro a la diferenciación teórica entre la política y lo político que encuentro de autores como Pierre Clastres (Sociedad contra el Estado), François Châtelet (Los marxistas y la política), Bolívar Echeverría (Cuestionario sobe lo político) y Eduardo López Zavala (Valor, espacio y poder. Notas para un ensayo general sobre las formas de comunidad ilusorias), y principalmente este último es quien define que la y las culturas operan en un campo diferenciado entre la política y lo político.

En la primera dimensión, es decir la política, las sociedades encomiendan a los poderes operadores de la política la capacidad de crear, mantener y gestionar la cultura de un pueblo o un país. En tiempos globales los países poderosos reciben ese mismo poder, pero del tamaño del mundo.

Toda actividad política se puede entender como un proceso de fetichización, y desde ahí la política se instala como normalidad reguladora, como poder y realidad normal para definir, expresar e incluso representar el interés general. Por esto es que la gestión cultural que se despliega desde instancias gubernamentales (a veces junto a las Iglesias), en su mayoría reproduce ideologías tendientes a la centralidad del poder y la desigualdad en otdas sus formas.

Desde esta dimensión política se instalan jerarquías de valor que en gestión cultural pasan por lo simbólico para hacerse sentido común y están atravesadas por las economías, aunque esta es otra tela por cortar.

Entonces, qué jerarquías de valor podrían encontrarse, por ejemplo, en el nivel central del Estado Plurinacional que tiene como cabeza de sector al Ministerio de Culturas.

Se puede hacer una evaluación a partir de los museos creados, los proyectos financiados y los no financiados, e incluso de las recientes declaraciones de la Ministra de Culturas en relación a los millones de hectáreas incineradas en la Chiquitanía, publicadas en el medio de prensa escrita Página Siete cuando esta autoridad afirmó que "reportes al 30 de agosto indican que no tenemos daños ni a sitios patrimoniales, ni turísticos; igualmente ningún parque o reserva nacional de la Chiquitanía han sido alcanzados o afectados por los incendios".

Como paréntesis, al treinta de agosto se tenía registro de más de 2 millones de hectáreas quemadas, que en la actualidad, iniciando el mes de octubre persisten y cuantifican más de 4 millones de hectáreas (fuente: Fundación Amigos de la Naturaleza), afectando principalmente a reservas naturales y la "Casa Grande" que es el nombre con el que los pueblos indígenas de tierras bajas reconocen los territorios donde viven sus comunidades.

Esa Casa Grande que era el espacio donde habitó un número aún no clarificado de fauna silvestre y donde se expresaban muchas dinámicas culturales ancestrales, fue el medio de subsistencia para muchas comunidades dispersas y ahora su incineración es el motivo para que las mujeres indígenas de la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia (CNAMIB) lleven más de 8 días en vigilia en la capital cruceña para buscar ayuda, visibilizar el problema y captar donaciones.

Entonces, tomando como base la gestión cultural actual del Ministerio de Culturas ¿cuál es la jerarquía de valor (para qué y para quién) de los proyectos en su POA? ¿en qué eslabón de esa jerarquía de valor se encuentran las reservas naturales y territorios indígenas víctimas del incendio en la Chiquitanía, Chacho y Amazonía de Bolivia?; ¿Qué bolivianidad o plurinacionalidad se reproduce, se consume y circula?

En siguientes artículos compartiré la jerarquía de valor que se identificó en la gestión de la Dirección de Cultura del Gobierno Autónomo Municipal de Santa Cruz entre los años 2008 a 2013. Solo para dejarles picadas/os, incluso hay apología a la violación contra las mujeres y la Madre Tierra.

La otra dimensión que habita en las culturas es lo político. Este es el terreno del contrapoder, con capacidad de decisión y de cuestionar modelos culturales impuestos por las estructuras de centralización, construyendo permanentemente formas de resistencia e incidencia. Esto es así porque emerge de ahí el potencial del pueblo para decidir su propia cultura y procesos identitarios. En esto se puede tomar como ejemplo los activismos culturales como Resiliencias en Santa Cruz de la Sierra, los feminismos a nivel mundial y ahora probablemente cobren más fuerza en lo político los activismos ambientalistas y animalistas.

Lo político de las culturas y por ende de la gestión cultural se puede entender como una dimensión de autonomía y práctica de libertad, no sustituta de un poder por otro, como ese miedo cultural que quieren implantar las Iglesias en relación a una ideología por otra. El sentido político de la gestión cultural desde esta otra cara dista bastante de la autonomía que se construyó para ir a las urnas y votar candidatos en las centralidades municipales y departamentales.

* Comunicadora Estratega y gestora cultural

Para tus amigos: