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Jueves 08 de marzo de 2012

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Ecológico Kiswara

Las aves tropicales bajo amenaza

08 mar 2012

Fuente: BBC

Por: Anna-Louise Taylor

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Hasta 900 especies de aves terrestres tropicales de todo el mundo podrían extinguirse para el año 2100 como consecuencia del cambio climático, afirman investigadores.

El pronóstico, hecho en un estudio publicado en la revista Biological Conservation Journal, considera un aumento de 3,5 grados en la temperatura de la superficie del planeta.

Según el autor del estudio, Cagan Sekercioglu, las especies tendrían dificultades para adaptarse a la pérdida de su hábitat y a los fenómenos meteorológicos extremos.

Y aquellas especies que viven en las montañas, en las costas, las que tienen pocos ejemplares y las que no pueden llegar a las elevaciones más altas podrían ser las más afectadas.

Sekercioglu, quien es profesor de Biología de la Universidad de Utah, calcula que dependiendo de la pérdida de hábitat, cada grado de calentamiento de la superficie terrestre podría afectar a entre 100 y 500 especies.

"El problema es que la mayoría de las especies en el mundo son muy sedentarias, (aunque) la percepción de la gente es que la mayoría de las aves son migratorias y que por lo tanto el cambio climático no es un problema para ellas", dijo.

Sekercioglu dice que las especies tropicales de montaña se encuentran entre las más vulnerables y que las aves tendrán que ser capaces de adaptarse fisiológicamente a los cambios en la temperatura y de moverse a mayores altitudes si quieren sobrevivir.

"ESCALERA MECÁNICA"

Según el profesor, los bosques más frescos y húmedos podrían achicarse hacia arriba en las montañas y, si se combinan con los asentamientos humanos situados a gran altura, el hábitat de los bosques podría "quedar empujado fuera de la montaña".

Esto crearía "una escalera mecánica a la extinción", dijo.

"Las especies costeras son también vulnerables ya que los bosques costeros pueden ser sensibles a la salinidad y pueden resultar más afectados por los huracanes y los tifones, fenómenos que está previsto que aumenten", explicó.

Las aves que habitan grandes bosques de tierras bajas con pocas montañas, como las cuencas del Amazonas y del Congo, pueden tener problemas para la reubicación, mientras que las aves tropicales de hábitats abiertos como las sabanas, los pastizales, los matorrales y los desiertos, tendrán que afrontar una reducción de sus hábitats.

Se supone que las aves tropicales de las zonas áridas son resistentes a los climas calientes y secos, pero podrían sufrir si sus fuentes de agua se secaran.

Según Mike Crosby, director de conservación para Asia de la organización Birdlife International, "sabemos que una gran cantidad de aves tropicales no son muy buenas para dispersarse, por lo cual éste podría ser un gran problema en el futuro si el clima adecuado se traslada varios cientos de kilómetros. Algunas podrían no ser capaces de moverse lo suficientemente rápido como respuesta a ello".

"Podríamos tener que tomar nuevas medidas de conservación en el futuro, como la reubicación de las aves de un sitio a otro", explicó.

El estudio analizó qué les sucedería a los manaquines, de los cuales hay 45 especies en la región neotropical. Los resultados mostraron que los manaquines de los hábitats de las tierras bajas de la Amazonía y el Cerrado de Brasil serían los más afectados, ya que podrían perder hasta el 80 % de su hábitat, y se prevé que hasta el 20 % de las especies de manaquines del Cerrado se extinguirán.

"Los manaquines ponen de manifiesto la importancia de contar con una amplia zona tropical en los bosques de altitud media, y de ser capaces de moverse hacia bosques más elevados", explicó Cagan Sekercioglu.

OBSERVADORES, ACTIVOS

Según el investigador, en general "las aves son uno de los grupos de animales menos amenazados" por el cambio climático y "muestran lo que ocurriría en el mejor de los casos".

"Los resultados tienden a ser mucho peores para todos los otros grupos de animales", afirmó.

"Tenemos que planificar áreas protegidas teniendo en cuenta las elevaciones más altas y dejarles espacio a las especies en peligro de extinción en las zonas de mayor elevación", dijo Sekercioglu.

Mientras, para Crosby, "tenemos que prepararnos para medir la temperatura en las áreas protegidas, para medir las precipitaciones y hacer un seguimiento de lo que está pasando con las especies, de manera que podamos responder de la manera adecuada. Es muy difícil predecir con mucha precisión lo que va a suceder".

Para el experto, sin embargo, los visitantes podrían ayudar a proteger a las aves a las que viajan para ver.

"La gente que va a observar aves a los trópicos puede recoger datos muy útiles, dado que los datos actuales que tenemos son bastante pobres en muchas partes del mundo. Los aficionados a la observación de aves puede hacer una contribución realmente importante", dijo el funcionario de Birdlife International.

Fuente: BBC
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