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Sábado 05 de octubre de 2019

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Revista Tu Espacio

Así es la Alta Tierra de los Urus

El tren de la desesperanza

05 oct 2019

Fuente: LA PATRIA

Por: Dehymar Antezana - Periodista

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Hace mucho tiempo, tal vez 20 años, delante de la Escuela Normal Superior de Maestros "Ángel Mendoza Justiniano" se encontraba un hermoso tren que daba vida a la zona, estaba pintado de colores, tenía dos pequeños toboganes a ambos lados y en definitiva, era una atracción para los niños que vivían en ese sector de la ciudad, hoy bautizada como avenida "San José".

Pero, no sólo eso, también al lado derecho mirando al Sudoeste, había un pequeño parque infantil, con resbalines, caballitos o sube y baja como se lo conoce, pasamanos y otros juegos más que estaban empotrados en un piso de arena.

Se escuchaban los gritos de los niños, sus risas, se los veía corretear por el lugar y por medio del tren que tenía una estructura completa a la de una locomotora antiquísima. Realmente bellos recuerdos que sólo quedarán grabados en el imaginario de la mente y el corazón.

Hoy al pasar por allí, una especie de relámpago quema y rompe todos esos recuerdos, porque sólo se observa un monumento a la muerte, o quizá es el fiel reflejo de la tradición que Oruro tuvo con el transporte férreo.

Hoy vemos a esa locomotora, vetusta, abandonada, sin su cabina, llena de basura y podredumbre, pintarrajeada con un mensaje que hasta da risa leerlo: "La educación avanza", cuando en realidad lo que el orureño demuestra al tener ese sitio y en esas condiciones, es que la educación es sólo una quimera pintada en el pasado y muerta en el presente.

Asimismo, lo que daña el alma, es ver cómo ese parque contiguo al tren desapareció de la faz de la tierra, ya que ahora en el lugar sólo hay casas en ese triángulo de la ansiedad, nostalgia e impotencia de observar cómo se perdieron espacios dedicados a los niños.

En fin es la desesperanza a flor de piel, de un pasado hermoso a un futuro incierto y con el abandono de sus seres que sólo tienen intereses para sí. Hoy esa locomotora es sólo el recuerdo de los años portentosos y ahora es el fantasma de la educación que tenemos los orureños.

Fuente: LA PATRIA
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