Sábado 05 de octubre de 2019
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La alimentación del gato es un elemento fundamental en el mantenimiento de su salud. Si queremos que nuestro gato esté sano y fuerte, debemos proporcionarle los nutrientes que necesita. Al ser carnívoro por naturaleza, debe llevar una base de carne que le proporcione las proteínas necesarias, así como un aporte de taurina, un aminoácido que es muy importante para el gato.
La edad, el tamaño y también los hábitos del gato (si es activo, si es más tranquilo, si tiene tendencia a engordar?) determinarán en gran medida el tipo de alimentación que le proporcionemos. No obstante, todos necesitan una dieta equilibrada y de calidad.
Con las sobras debemos tener mucho cuidado. La tentación de premiar a nuestro gato con algo de nuestra comida es grande, pero hay que saber bien qué podemos darle y qué no. Por ejemplo, si nos sobra el hígado, podemos cocerlo (¡muy importante!) y dárselo en pequeños trozos, o darle un poco de embutido bajo en sal y grasas y algo de verdura. Por el contrario, evita los alimentos ricos en azúcares, sales y grasas; no le reportarán ningún beneficio, sino que pueden perjudicar su bienestar a la larga.
En cuanto a las variantes de alimento elaborado, encontramos tres grandes tipos: comida seca, comida semiseca y comida húmeda. Esta última no es la ideal, mientras que la primera es la más común. Si tienes dudas sobre qué tipo de comida dar a tu gato, consulta ante todo con tu veterinario antes de decidirte por uno. Ten en cuenta, eso sí, que los piensos (alimento elaborado para animales) de menor calidad son aquellos que tienen un mayor porcentaje de cereales (hidratos de carbono) y menor de carne, cuando debería ser al revés.
