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Viernes 04 de octubre de 2019

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Perspectiva Minera

Entre el paraíso y el despeñadero

04 oct 2019

Dionisio J. Garzón M.*

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En las semanas previas a las elecciones el clima que se vive es cada vez más raro, tenso, intenso en el trajinar político y sobre todo dispar en la capacidad de discernimiento de lo que se viene como resultado y en las posibilidades reales de cada candidato. En un clima así, referirse a los mensajes contradictorios que el pueblo recibe a través de los medios de comunicación y valorarlos, parece no tener sentido. Me llama la atención el grado exagerado de optimismo que se pretende transmitir en los anuncios del partido en función de gobierno -como que todo en el país fuera como un reloj suizo- frente al pesimismo de los opositores que todo lo ven gris, inexacto, lapidario para el futuro del país. Esta confrontación tiene el objetivo de captar votos de los indecisos que al parecer tienen la "sartén por el mango" para definir las cosas en una contienda atípica donde las "fake news" (noticias falsas) están a la orden del día, donde se direcciona hasta lo que comemos y donde los "influencers" (influyentes en redes sociales sobre temas específicos) y al típico estilo del Flautista de Hamelin en la fábula de los hermanos Grimm, llevan multitudes al paraíso o al despeñadero según sea el interés coyuntural.

Así las cosas, por ejemplo, de los tímidos anuncios oficiales de los años recientes de descubrir un "mar de gas", un "lago de petróleo" o convertirnos en centro energético del continente, pasamos a rimbombantes anuncios, como que hay en línea en el país cinco proyectos mineros de la talla de San Cristóbal. Los proyectos aludidos son conocidos de años anteriores, tienen muy poco trabajo de detalle y casi todos, pronósticos más bien cautelosos por la complejidad ingenieril que supone lidiar con las normas jurídicas y tributarias del país, que ponen una camisa de fuerza a los operadores cuando de ver la factibilidad de un nuevo emprendimiento se trata. Sin embargo no se puede descartar el esfuerzo al implementarlos con recursos del Estado y tratar de interesar a inversionistas.

También se da por hecho el éxito comercial de las plantas de carbonato e hidróxido de litio del Salar de Uyuni y ya se consideran etapas primarias de industrialización cuando en realidad entran en lo que se denomina química básica que está regulada por el Art. 73 parágrafo IV de la Ley 535 de Minería y Metalurgia que encarga a COMIBOL el desarrollo de estos procesos. Sin embargo, no se puede menospreciar; como algunos dogmáticos lo hacen; el esfuerzo de solucionar con la planta de hidróxido (YLB-ACI Systems) la baja recuperación de la planta piloto de carbonato, aunque la solución no sea como para dar saltos de alegría. Hay un largo camino a recorrer y como sostengo en una antigua columna (La Razón 13.06.14) "Los dogmas no dan de comer y las sales allí donde se encuentran, sin la tecnología adecuada para industrializarlas y ponerlas en el mercado en la coyuntura adecuada, tampoco�". Chile y Argentina también están en la encrucijada que supone dar el salto tecnológico en el momento adecuado y con una perspectiva de mercado viable; las grandes de la industria Ganfeng y Albemarle entre otras, ya están en el Triángulo del litio, con las barbas en remojo y tratando de llenar las perspectivas de los productores de sales y por otra parte, intentar producir competitivamente baterías para autos eléctricos en el Triángulo y para un mercado ubicado a miles de kilómetros. Hay gente que piensa que se puede y también otros que dicen que es misión imposible.

Al elector le interesan las propuestas que puedan viabilizar los emprendimientos, aquellos que lo hagan ganarán adeptos, los que solo confronten tendrán el rechazo del electorado.

*Ingeniero geólogo, ex ministro de Minería y metalurgia.

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