"Señor de Lagunas": devoción, fe y peregrinación que trasciende en el tiempo

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Por: Ovidio Edwin Cayoja Calizaya Periodista LA PATRIA

El mes de septiembre se convierte para los fieles y devotos, en el momento central de cumplir con una promesa que traspasa años y distancias, el de llegar por cualquier medio a los pies del "Tata Lagunas", actividad que concentra a una gran cantidad de gentío y pone a la población de Cala Cala nuevamente en la palestra, aunque sea por algunos días.

El reencuentro con entrañables amigos de colegio, propició la reunión para hablar de varios momentos vividos y algunas anécdotas inolvidables de los tiempos de juventud, entre ellas seguir la tradición orureña de cumplir con una peregrinación nocturna hasta la población de Cala Cala y llegar hasta el templo donde se encuentra la imagen del Señor de Lagunas.

La conversación motivó a que, luego de tantos años, volvamos a cumplir con esa caminata que para muchas personas es un signo de absoluta fe y penitencia para llegar donde el "Tata", al que uno pedirá ese anhelo tan especial o simplemente agradecerá al santo por los favores obtenidos.

Las situaciones han cambiado, antes, la falta de un camino asfaltado provocaba que la travesía fuese más complicada e incluso que muchos perdieran el rumbo, hoy en día es fácil aprovechar la carretera para cumplir con la peregrinación de forma más sencilla.

Llegando al mítico poblado, nos dimos cuenta de que mucho no había cambiado, quizá la construcción de un coliseo cerrado era lo más moderno apreciable por el sector; lo que no variaba era la gran cantidad de peregrinos, quienes apostados en los alrededores del templo esperaban el horario de la primera misa para ver al "Tata", a medida que las horas iban avanzando el conglomerado de gente aumentaba y el poblado se llenaba de música, ruido, festejo, baile, lo cual se repite durante todos los fines de semana del mes de septiembre, siendo una de las tradiciones más emblemáticas de Oruro.

LA TRADICI�?N

La pregunta inmediata es ¿cómo surge esta tradición a una distancia tan lejana de la ciudad?; buscando entre algunos escritos y publicaciones, además de la tradición oral, llegamos a dos historias que engloban a toda la mitología de la zona de Cala Cala, lugar que desde tiempos ancestrales siempre fue ceremonial, prueba de ello son las pinturas rupestres que existen en la zona.

La primera historia data de los años 1900, cuando una pareja indígena caminaba por la zona donde ahora está el templo, la mujer se encontraba encinta y a punto de dar a luz, lo cual motivó la preocupación del esposo, quien solo encontró como cobijo un árbol grande donde hizo reposar a su mujer.

Ahí se encontró con un hombre que vestía una túnica blanca, llevaba una profusa barba y tenía un porte angelical, inmediatamente le pidió ayuda y el extraño, de forma muy diligente, lo ayudó hasta que el pequeño nació.

Como eran las tradiciones de ese entonces, el indígena le pidió al señor que sea el padrino de su hijo y este le replicó que lo vaya a buscar a su casa en la plaza principal de Oruro, donde encontraría unas rejas verdes, pasado un año, el campesino fue hasta la capital para buscar a su compadre, pero grande fue su sorpresa que al llegar a la dirección se encontró con la iglesia donde hoy está la Catedral de Oruro, vio a su amigo crucificado en la parte derecha del templo, con el rótulo que decía "El Señor de Burgos"; desde la ahí la tradición cuenta que en el sector donde apareció la imagen del Señor se construyó un templo y la gente comenzó a peregrinar, tal como lo hizo el indígena para buscar a su compadre, asimismo, debido a esta leyenda es que gran parte de las familias, principalmente de las comunidades y de algunas ciudades, llegan hasta el templo para bautizar a sus hijos; esto también explica el por qué varias comunidades indígenas llegan bailando sus danzas típicas para adorar al "Tata Lagunas".

La segunda historia no tiene fecha de datación, pero se especula que es de la misma época de la primera historia, relata la vivencia de dos pequeños que llevaron sus ovejas a pastar por el sector de Cañon Colorado, sitio con una serie de mitos porque, según algunos relatos fue ahí donde la ñusta venció al lagarto gigante y colocó una cruz en su cabeza, dentro de la leyenda de las cuatro plagas.

Pues bien, estos niños fueron atrapados por una tormenta de granizo y fuertes relámpagos, lo que les obligó a esconderse en el sector del Calvario, donde justamente está la cruz, de pronto vieron que en medio aparecía brillante la imagen de Cristo, atemorizados fueron a contarle a sus padres y estos al señor hacendado que vivía en el sector, cuando vieron el milagro, el dueño, que respondía al apellido Arrázola, mandó a edificar un pequeño templo en el sector; esto fue cuestionado por un fraile, quien al no creer en el supuesto milagro, decidió ir hasta el sector para constatarlo, por su osadía fue convertido en piedra, según muchos, esa imagen aún existe hoy y de sus pies brota una fuente de agua que es curativa y milagrosa.

TRADICI�?N QUE NO MUERE

La antigüedad del templo ya sobrepasó los 100 años el pasado 2012, según cuentan algunos de los devotos, año que pasa son más y más los que llegan, ya sea por curiosidad, fe, devoción, peregrinación, o simplemente para compartir un buen día de campo.

Quizás los tiempos hayan cambiado, pero la mística del lugar y sus energías se pueden sentir, todo un conglomerado de gentío que llega hasta una población que por un mes es el centro de atención de propios y extraños y que la mayoría del año simplemente se queda en el olvido como si nuevamente el tiempo se hubiese detenido.

Lugar de reencuentro, de oración, de pedidos y agradecimientos, de confraternidad que nos une en torno al "Señor de Lagunas".