Cuarenta días y ninguna solución

Como el poema que refiere, "cuarenta balcones y ninguna flor", sombrío panorama, y en este caso cuando no se vislumbra una posible solución en un conflicto que en más de un mes se ha complicado en lugar de allanar dificultades y buscar condiciones favorables para atender las demandas de un sector, crítico en su trabajo y la responsabilidad de servicio hacia miles de ciudadanos, que en calidad de "pacientes" exigen por su parte atención en los centros hospitalarios públicos y en los que dependen del sistema de seguridad social.

Con cuarenta días de actividad totalmente irregular, la situación ha llegado a un límite sumamente peligroso, pues se trata de la postergación de servicios especiales a muchos pacientes, operaciones quirúrgicas postergadas, consultas suspendidas, provisión de medicinas alteradas, obligando a los enfermos a comprarlas con una carga económica que también altera la economía de muchas familias.

Se ha denunciado la existencia de "cuadros" clínicos sumamente complejos que merecen atención médica permanente y que actualmente se realiza con muchas limitaciones, debido al trabajo irregular de médicos y de servicios conexos, como rayos x, análisis y farmacia, sin detallar otras supresiones que se hacen en los hospitales públicos y en los del seguro social, complicando seriamente la salud de la población vulnerable.

En la semana que se iniciará, el asunto tiende a complicarse debido a las posiciones encontradas y caprichosamente sostenidas, por una parte los médicos que no volverán al diálogo con la ministra de Salud y ésta que insiste en una solución concertada a partir del análisis abierto y concreto del problema, en el que hay algunos puntos que no pueden ser solucionados de "un plumazo", por lo mismo deben ser producto de un abierto y amistoso intercambio de sugerencias, lo que no se pinta de inmediato.

Los médicos han desconocido la autoridad de la ministra a la que atribuyen situaciones de prepotencia y abierta resistencia a la búsqueda de acuerdos, especialmente en asuntos que tienen que ver con aspectos de orden legal y jurisdiccional del trabajo, por lo que pidieron al ministro de Gobierno, que participe como interlocutor válido para encontrar las coincidencias necesarias que pongan fin al problema.

La autoridad de Estado que en otra ocasión facilitó soluciones a un conflicto también de médicos, en la presente ocasión se retractó señalando que "éticamente" no podía hacerlo, mientras su colega, la ministra de Salud, no expresará su decisión de apartarse del asunto para permitir una posibilidad de arreglo.

De mantenerse estos criterios, en tres niveles, uno el de los médicos y los otros dos en parte de ejecutivos ministeriales, el asunto puede prolongarse mucho más y con muchas consecuencias, entre los mismos profesionales que presionan con piquetes de huelguistas de hambre, pero en otra instancia que comienza a moverse y con justificada razón, que corresponde a los "pacientes" que son las víctimas directas del problema y confrontando un serio riesgo a su salud, plantean la intervención del Primer Mandatario para que instruya la participación de otro ministro en la búsqueda de soluciones concretas al problema.

Son varios puntos que merecen atención inmediata y que según algunos observadores, sólo se trata de disponer instrucciones para que sean viables temas de seguridad laboral, suspender el anunciado uso de recursos de la CNS, mientras se aprueben prioridades en las mejoras en servicios de salud a favor de miles de pacientes. El asunto no puede prolongarse por más tiempo, sólo por figuras de extremo celo funcionario.

Fuente: LA PATRIA