Un día de múltiples festejos

El 21 de septiembre marca el calendario el comienzo de la primavera, para muchos la estación del año de mejores condiciones en clima y propicia para desarrollar especiales aptitudes para la floricultura y la horticultura, un tiempo para darle atención especial, al cuidado de las plantas, en macetas y jardines. La bondadosa primavera es también el motivo apropiado para celebrar el amor y la vida, un tiempo de íntima satisfacción en el hogar y la familia.

Este día especial de septiembre, el noveno mes del año, ha sido seleccionado en el calendario de hechos especiales, como el Día de La Paz, lo que significa que a propósito de amor y de familia, la ocasión es inmejorable para remarcar los atributos de una condición de vida que es anhelada por la humanidad y que además implica la práctica de la justicia y la libertad. Es un día al año que merece extenderse permanentemente como base y sustento de una convivencia pacífica que haga posible el progreso de los pueblos con respeto a los derechos y la dignidad de todas las personas.

La fecha ha sido también seleccionada para que un sector profesional la escoja como la más propicia para resaltar los valores humanos de médicos, hombres y mujeres que han dedicado tiempo y esfuerzo para alcanzar la responsabilidad de cuidar la salud colectiva, disponiendo esfuerzo, pero sobre todo la delicada misión de cuidar el bienestar de la familia, pues todo ese núcleo de personas necesita del cuidado, la atención, y la prevención de un médico, mujer o varón, que igualmente asumen el compromiso de sacrificio a través del juramento hipocrático que dispone en el profesional su entrega, sabiduría y calidez en cada consulta y servicio profesional. No es el mejor tiempo para el sector de los médicos, pero la presente es una ocasión propicia para saludarlos y desear que sus problemas sociales, sean superados satisfactoriamente.

Y el día 21 de septiembre, es también el Día del Estudiante, ese menudo ser que comienza su preparación muy temprano en el ciclo inicial y avanza paulatinamente hasta el bachillerato, para continuar luego en la fase de la profesionalización. Largo proceso para los estudiantes, desde los más menudos, los que pasan luego por una niñez, quién sabe de algunas restricciones y llegan a la juventud preparados para enfrentar el futuro de su vida como adultos. Son nuestros niños y jóvenes, hombrecitos y mujercitas, dependientes de la responsabilidad y el amor paterno y luego de la dedicación profesional de maestros que van forjando carácter y personalidad de los estudiantes, que en este día también tienen sus propias celebraciones.

El tiempo transcurre inexorable, las fechas pasan en las hojas de los calendarios, algunas como la presente, nos permiten recordar ciertos aspectos, que en función de tiempo y espacio ocuparon nuestras emocionadas expectativas. Ahora el día se amplía para dar paso a otras situaciones que se han ido incorporando por efecto de la dinámica de hechos y situaciones que debían marcarse en la fecha.

Por eso es propicia la circunstancia, para resaltar este 21 de septiembre, dando paso al canto de amor y vida, en el día de la primavera, abrir el espacio que necesitan los médicos para celebrar su día profesional y de servicio, dar rienda suelta a nuestros estudiantes, pues un día al año esperan que se los recuerde como parte inseparable de la gran familia que forma nuestra sociedad, alegrémonos además porque este es Día de la Paz y el Amor.

Fuente: LA PATRIA