Los incendios que destruyen la Chiquitanía y que tienden a invadir muchas regiones, han despertado la sensibilidad del mundo porque muchos países e instituciones internacionales se han pronunciado al respecto y lamentan que suceda semejante desgracia, lo grave es que esa sensibilidad no se despierte en nuestras autoridades de gobierno que se niegan sistemáticamente a declarar emergencia y tragedia nacional lo sucedido; insensibilidad por parte de ellos que creen que "todo pasará porque todas son exageraciones".
Nadie con un mínimo sentido común, conciencia de lo que es el dolor de millones de personas, puede ignorar lo que significa la muerte de miles de animales silvestres y la destrucción de millones de plantas por la acción destructiva del fuego que se muestra incontenible. Para el gobierno es más que suficiente "haber contratado un avión tanque" o "estar en perspectivas de contratar otro conjuntamente helicópteros que se encarguen de dominar las llamas", pero, la persistencia por no declarar emergencia es muestra de la mayor insensibilidad y del más grande nomeimportismo frente a una tragedia que ha conmovido no solamente a la comunidad nacional sino al mundo entero.
Nadie con un mínimo sentido común, conciencia de lo que es el dolor de millones de personas, puede ignorar lo que significa la muerte de miles de animales silvestres y la destrucción de millones de plantas por la acción destructiva del fuego que se muestra incontenible. Para el gobierno es más que suficiente "haber contratado un avión tanque" o "estar en perspectivas de contratar otro conjuntamente helicópteros que se encarguen de dominar las llamas", pero, la persistencia por no declarar emergencia es muestra de la mayor insensibilidad y del más grande nomeimportismo frente a una tragedia que ha conmovido no solamente a la comunidad nacional sino al mundo entero.
A veces se dan muestras de preocupación por los hechos y hasta se ha llegado a "obsequiar cocinillas a algunos pobladores" en los sitios incendiados; posiblemente se les haga llegar parte de los donativos de la comunidad internacional; pero, igual, el manejo y administración de esas donaciones está a cargo del gobierno cuando debería repartirse equitativamente, sin discriminación alguna entre los pobladores de modo que la solidaridad llegue a todos y efectivamente los beneficie para paliar siquiera en mínima forma los sufrimientos habidos.
Mientras "no haya medios" para remediar las urgencias nacionales como es el caso de los incendios, se permite que la FAB no disponga de aviones cisterna que posee y los destine a las diferentes zonas donde el fuego hace estragos; al respecto, se sabe que algunos contingentes militares ayudan a combatir las llamas; pero, ¿y el resto? ¿No son miles los soldados y oficiales que podrían ayudar a superar la tragedia? ¿Es que Defensa y las Fuerzas Armadas no disponen del dinero suficiente para comprar alimentos, agua embotellada, medicamentos, elementos precisos para los bomberos, voluntarios, policías y soldados? ¿Y qué de las grandes partidas de dinero que reciben del Presupuesto General de la Nación y no se destina siquiera un 30% de todo lo que poseen las Fuerzas Armadas para habilitar aviones, helicópteros, vehículos, etc.? ¿Y qué del avión y los helicópteros que tiene el Presidente a su servicio? ¿No podría, siquiera por la gran tragedia, renunciar por unos días a tenerlo todo y destinarlo a combatir el fuego en la Chiquitanía? Hay preguntas que el pueblo se hace y no se explica el grado de insensibilidad que se demuestra ante las llamas que podrían arrasar con todo.
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.