¿Merecemos los políticos que tenemos?

Tras los constantes actuares "desenfrenados" de muchos políticos oficialistas, nace de nuevo esa clásica y recurrente pregunta: ¿Merecemos los políticos que tenemos?, pero antes de contestar esta interrogante también hay que plantearnos una serie de preguntas como; ¿Tenemos políticos ineficientes?, ¿tenemos políticos sin formación política?, ¿tenemos políticos que solo se preocupan por mantener su curul?, ¿tenemos políticos que solo se preocupan de satisfacer los intereses de ciertos sectores?, ¿tenemos políticos que solo se preocupan de mantener sus privilegios políticos y evitar que otros nuevos puedan surgir?

Sí. Infortunadamente la respuesta a todo lo anterior es que Sí. Estamos atravesando por una crisis de nuestro universo político que en su gran mayoría está corrompida, en la que las cosas no están bien y por el momento, tampoco pinta demasiado bien para el futuro.

Ahora lanzo dos preguntas fundamentales para reflexionar: ¿Están los políticos realmente tan separados de los ciudadanos? ¿Es cierto que los políticos no representan a sus ciudadanos?

Se dice que tenemos políticos mentirosos, flojos, inexpertos y que solo se mueven por su propio interés.

Bien, volvámonos a preguntar: ¿Hay en nuestra sociedad civil, algún empleado que no finja estar enfermo para no ir a trabajar, robe en su empresa, trafique con información confidencial, tan solo esté ahí por el dinero y sin preocuparle lo más mínimo lo que sus acciones puedan repercutir al resto?, ¿o acaso en las instituciones no hay funcionarios que tan solo se preocupan de ir a su puesto de trabajo a calentar la silla, cobrar su salario y volverse a casa sin importarle cuál es realmente su misión, o más importante, la misión de esa institución para la que está trabajando?

¿O acaso no hay personas que se dedican a engañar, destruir, estafar, etc., sistemáticamente sin importarles para nada la sociedad en la que viven?, ¿o acaso no hay personas que entran a un trabajo sin cumplir los requisitos mínimos en la base de contratación y lo hacen porque son amigos del "jefe"? Solo tomando algunos de miles de ejemplos.

Una vez más, infortunadamente, las respuestas a todas estas preguntas anteriores son afirmativas.

Pues bien, aparentemente, recogemos lo que sembramos, respondiendo a la principal pregunta, y me temo que una gran cantidad de políticos que tenemos hoy en día son un claro reflejo de los ciudadanos. Donde hay ciudadanos con conductas negativas tienen a sus representantes; políticos de la misma estirpe y donde hay buenos ciudadanos también cuentan con sus políticos representativos aunque estos últimos son contados.

¿Habrá solución a todos estos problemas, para acabar con estas "actitudes corrompidas" de esa gran mayoría de políticos? Porque una vez solucionado este problema todo empezará a ir mucho mejor y empezaremos a ver una luz al final del túnel, mientras tanto, son pocas las opciones que tenemos.

Podemos quedarnos aquí e intentar cambiar las cosas aportando con nuestro pequeño granito de arena; podemos irnos lejos de aquí y no mirar hacia atrás; o podemos quedarnos aquí sin cambiar nada, seguir quejándonos pero no haciendo nada. Esta última opción sería la típica elección.

¿Podemos cambiar las cosas? Por supuesto que Sí, y una de las acciones es haciendo que los malos actuares de nuestros políticos sean censurados con toda la dureza desde un ámbito moral, como exigir ante instancias legales-judiciales castigos ejemplarizadores para que esto no se replique, asimismo inculcar en nuestras venideras generaciones valores y principios profundos basados en la honestidad, sinceridad, servicio, y sobre todo respeto al prójimo.

Por supuesto, y sin ninguna intención de haber sido injusto con mis palabras, reconozco que hay mucha gente valiosa que ya está trabajando por revertir esta situación y que tiene muchos proyectos para llevar a cabo, y me sumo a ellos.

Pero desgraciadamente es el otro tipo de personas las que empañan los esfuerzos de todos aquellos que luchan por salir adelante.

Espero que el tiempo nos acabe dando la razón a aquellas personas que creemos en un futuro mejor.

(*) Asambleísta Orureño