Libre y segura transitabilidad

En nuestro país, especialmente en la Sede de Gobierno y otras ciudades del centro y el occidente del país, las protestas sociales son frecuentes y más allá de marchas y airadas manifestaciones, se aplica la perjudicial e ilegal medida del bloqueo de calles y carreteras con lo que se altera totalmente el derecho ciudadano a la libre y segura transitabilidad.

Como es de suponer la lógica de una medida de ese tipo, altera gran parte del movimiento al que tienen derecho todos los ciudadanos, sea que transiten a pie o lo hagan en movilidades particulares o de servicio público, el daño es latente, los perjuicios son irreversibles y como lógica consecuencia, no hay nadie que se haga cargo de este problema colectivo que lamentablemente se produce con mucha frecuencia.

Analistas políticos, recuerdan que algunas movilizaciones de hace años se cumplían cuando mucho con masivas manifestaciones y en algunos casos extremos los afectados acudían a medidas contempladas en las leyes sociales, como el derecho al paro de "brazos caídos" o peor a la huelga indefinida que por sus características afectaba muy seriamente a empresas o instituciones y por supuesto a los protagonistas de esos hechos.

Años hace se recuerda la ampliación de las protestas con la declaratoria de "bloqueos" un modelo que alentó en sus inicios el entonces líder sindical cocalero Evo Morales, con lo que se generaron nuevas alternativas para forzar la atención de autoridades o ciertos ejecutivos empresariales e institucionales, en la solución de problemas, pero también en la "aceptación por las malas" de algunos planteamientos favorables a los bloqueadores, aunque los mismos afecten la economía y estabilidad de empresas y como se observó en casos extremos, incluso desafiando la seguridad del Estado.

De entonces a la fecha, las protestas sociales se han generalizado de tal manera que con justificada razón, se denomina a la ciudad paceña, como el centro nacional de las movilizaciones y los bloqueos. Se trata de la Sede de Gobierno y por esa condición la mayoría de conflictos convergen hacia ese centro en el que funcionan los principales poderes del Estado, el Ejecutivo, presidencia, vicepresidencia y ministerios, y el Legislativo donde se reúnen los representantes nacionales que deberían atender las demandas sociales para plantearlas legalmente en pos de soluciones efectivas.

Pero ya al margen del hecho considerado como parte de la "cultura ciudadana", resulta que en la actualidad, por grandes o menudos problemas, cualquier institución que se considera postergada, dispone marchas y bloqueos, son sectores vecinales, trabajadores del transporte, comerciantes y de cualquier índole que disponen el bloqueo por ejemplo de "las mil esquinas", que aun sin llegar a tal número, complican totalmente la actividad de la mayoría de personas que deben cumplir sus habituales deberes de trabajo, de gestiones o el caso de estudiantes, todos perjudicados por insolentes y agresivos bloqueadores.

Nadie pone remedio a este mal social, pues se trata realmente de una situación totalmente ilegal, arbitraria y por supuesto perjudicial. Los guardianes del orden en la mayoría de los casos se convierten en meros observadores de la situación, actúan con energía en algunas circunstancias en que las motivaciones pueden complicar el Poder Central, de lo contrario "pase y vale", los bloqueos con gente sentada en las calzadas, con vehículos atravesados en las calles y trancas de acceso a carreteras, se cumple inexorablemente con toda su secuela de daños irreparables.

Hay un flagrante atentado a los derechos ciudadanos, una transgresión a las normas constitucionales, un incumplimiento a regulaciones vigentes y por lo mismo una alteración de la libre y segura transitabilidad. Alguien debería poner freno a esta irregularidad.

Fuente: LA PATRIA