Lunes 09 de septiembre de 2019
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Según los datos del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap), por las características climáticas, la diversidad de flora es muy baja y adaptada a condiciones extremas de temperaturas y precipitaciones bajas, por lo cual son importantes para la conservación.
Sobresalen los bosques de queñua que están adaptados a condiciones climáticas extremas, localizados a una altitud entre los 4.200 a 5.100 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.), se encuentran generalmente alrededor del nevado Sajama y al pie de las montañas y colinas.
La unidad de vegetación de mayor importancia son los bofedales ubicados en los valles glaciares, alrededor de las partes bajas del nevado Sajama y alrededor de las lagunas.
Las especies amenazadas son: yareta (Azorella compacta), queñua (Polylepis tarapacana) utilizada tradicionalmente para la construcción, como combustible y otros, tholas (Parastrephia quadrangularis y P. lepidophylla) empleadas como combustible.
La mastofauna del parque se destaca por la presencia de la vicuña, el venado o taruka, entre los félidos la presencia del gato andino (Leopardus jacobita) que frecuenta los roquedales y los bosques de queñua, el gato de los pajonales, el zorro y el hurón. En los arenales se encuentra el quirquincho que es considerado una especie altamente amenazada.
Fuente: LA PATRIA