Miercoles 04 de septiembre de 2019

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A principios del mes pasado, Magela Baudoin anunció que pronto se trasladarÃa a EEUU para quedarse allà cinco años; ella es ganadora en el mismo año 2014 de dos premios literarios. En Bolivia, con la novela El sonido de la H, y a nivel internacional con el libro de cuentos La composición de la sal. Esas dos referencias hacen de ella una personalidad representativa; por eso sus opiniones son importantes.
Lo que sigue son comentarios al margen de dichas opiniones. Antes de los premios mencionados, encontrábamos su nombre en artÃculos de prensa, con una actitud de crÃtica y de protesta. En Bolivia no son muchas las escritoras y periodistas que se animan a esgrimir la pluma con ese gesto de combate. Pero después, Magela se ha enmudecido; ya no escribe artÃculos. En el decálogo del escritor Augusto Monterroso, se lee: "No persigas el éxito. El éxito acabó con Cervantes, tan buen novelista hasta el QuijoteÂ?".
Es cierto, en tanto no hayas logrado lo que buscas, y nadie te lo dice que lograste, el desafÃo subsiste, para que sigas buscando; ese es un camino abierto a la cima. El dÃa que llegues, lo que sigue es la decadencia. Yo no dirÃa eso de Magela, pero su silencio y su ausencia me hacen pensar. Porque me interesa, opino sobre ella. La escritora sabe que el silencio en literatura es peor que el varapalo.
¿Qué paÃs dejas y cómo esperas encontrar cuando vuelvas? Su respuesta inmediata: hay violencia con las mujeres y los niños. Es verdad. Pero hay otros males propios del oficio de pensar y de escribir. Tenemos un gobierno autoritario y despótico que ha declarado sus enemigos a los periodistas. La ley 045 es la espada de Damocles que pende sobre sus cabezas. Parece que muchos ya caminan con el miedo o la autocensura bajo el brazo. La libertad de prensa y de expresión está amenazada.