La Amazonía es el futuro

Por el problema del calentamiento global del mundo, el clima es variable, hay sequías, inundaciones, lluvias exageradamente torrenciales, los polos van derritiéndose, aumentando aún más la temperatura del planeta Tierra, gracias a la mano destructora del hombre, ocasionando el incendio en la Chiquitanía, fatal desastre artificial. Toda la ciudadanía debe ser solidaria con los hermanos orientales, sin ningún prejuicio social, político o económico.

Los partidos políticos, que participarán en las elecciones generales de octubre, deben dedicar su propaganda a la desgracia medioambiental, sin ningún prejuicio, e incluir en su propuesta programática políticas, proyectos de forestación y cuidado del medio ambiente para evitar la enorme contaminación ambiental, porque la Amazonía es el futuro de las nuevas generaciones.

La población, hasta ahora, se ha manifestado de diferente manera a favor de los pueblos indígenas del Oriente, solidaridad para ayudar y mitigar el fuego, pero los que generan división y discrepancias, son los jefes de los partidos políticos con adjetivos inadecuados quienes empeoran la desgracia humana, los que deben deponer sus ambiciones particulares de poder político, en este momento la población está concentrada en lo que está ocurriendo con la flora y fauna, los partidos deben hacer esa lectura y no gastar su dinero en cosas innecesarias, lo que se necesita son recursos para reactivar la vida de la Amazonía y de nuestros bosques.

Todavía existen amenazas de los delincuentes, de los nuevos colonizadores, de algunos empresarios, en busca de terrenos para la producción agroganadera.

A esta desgracia medioambiental se están sumando muchos países de América, Europa, del mundo entero, voluntarios de las diferentes regiones, médicos, veterinarios y profesionales especialistas, para enfrentar esta catástrofe del incendio. Por lo menos, nuestras autoridades están preocupadas en apagar el incendio, en cambio, el gobierno de Brasil, sigue con su terquedad, llevando al extremo a su pueblo.

Hay mucha gente que tiene necesidad de trabajar en el Oriente boliviano, particularmente, la gente del Occidente, primero deben entrenarles para utilizar racionalmente la tierra, sin dañar el bosque, porque es la vida misma de todos los habitantes, las autoridades deben planificar proyectos de asentamiento, para que haya trabajo permanente, sin dañar la vegetación de la Amazonía. El error que cometemos en caso de desgracia, es que los dejamos avanzar, no reaccionamos inmediatamente, todos somos responsables, autoridades y la ciudadanía en general, necesitamos una educación para cuidar el medio ambiente.

Trabajar en la rehabilitación del bosque, fauna, sobre la pérdida del ganado y no podemos seguir chaqueando irracionalmente, como está ocurriendo, sin ninguna visión de vida.

A las autoridades gubernamentales les falta dialogar, conversar con toda la gente, sin mirar los colores políticos, ni credos religiosos, ni adjetivos negativos, porque son gobernantes de todos los bolivianos, hablando se entiende, si hemos cometido algún error debemos aceptar autocríticamente y no ocultar nuestros errores, escuchando a todos los ciudadanos.

Las autoridades deben reconocer el trabajo del voluntariado, como en el caso del incendio de la Chiquitanía, debemos aplaudir ese sacrificio que han hecho muchos voluntarios en trasladarse al Oriente boliviano, y agradecer a los países vecinos que nos demuestran buena voluntad de cooperación, ser solidarios con ellos también, es bienvenida la ayuda nacional e internacional, al margen de la burocracia, que retarda mucho su distribución.

Proyectar la restitución de la biodiversidad del oriente boliviano, respetando los derechos de los pueblos indígenas, y no esperar desgracias para tomar conciencia sobre la importancia de la vegetación.

Es necesario revisar las políticas del cuidado del medio ambiente y la racionalización de la explotación agrícola, trabajar interinstitucionalmente, nadie debe ser excluido, para la futura planificación para recuperar el bosque quemado. Acusaciones y justificaciones en este momento no sirven, lo prioritario es apagar y proyectar el futuro de la Amazonía.

Todos somos responsables de este desastre, porque tenemos mentalidad destructiva de la naturaleza, necesitamos cambiar nuestros hábitos, aprender a reciclar la basura, dejar de utilizar los plásticos, disminuir el consumo de carne, manejar bicicleta, reducir el parque automotor movido con combustibles fósiles, realizar campañas de forestación en todas las regiones del país, la caridad empieza por casa.