Laura: "Dejé de ser yo y me convertí en mi padre alcohólico"

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Aunque no lo parezca, el alcoholismo es una enfermedad que genera una fuerte necesidad y ansiedad de ingerir alcohol, de forma que existe una dependencia física. Pero el poder de este mal, no solo afecta a quien lo consume, sino a quienes viven con el consumidor.

Laura (nombre ficticio), es una de esas personas que gran parte de su vida la ha pasado afectada por el alcoholismo de su padre, entre la impotencia y el dolor, llegó al punto de controlarlo excesivamente y así perder su autonomía, como nos cuenta.

"Dejé de ser yo y me convertí en mi padre alcohólico. Iba a los lugares donde él bebía y lo controlaba, lo perseguía, no dormía bien por esperarlo, no atendía clases y con todas esas acciones perdí mi gobernabilidad. En estas circunstancias se llega a cosas terribles, como desear su muerte, que se accidente o castigarlo. Yo he sido muy grosera con mi papá y hasta llegué a botarlo de casa", afirmó.

SU NIÃ?EZ

Laura nació en el alcoholismo activo de su padre, según nos cuenta, de niña nunca lo conoció sobrio y esta circunstancia la convirtió en una persona intolerante, al igual que su madre y sus hermanos.

"Se convierte en una enfermedad de la familia. Así como el alcohólico es dependiente del alcohol, el familiar se vuelve dependiente del alcohólico. Yo llevaba una doble vida, porque fingía ser la hija feliz del gran señor del barrio, pero cuando mi padre tomaba, me escondía, no iba a clases y me escapaba", señala.

Además de bajas calificaciones, de niña vivió esta etapa con mucho temor.

"Cuando él agarraba la primera copa en la familia ya era la tortura porque sabíamos que iba a beber varios días", complementa.

NEGACIÃ?N

Al igual que muchos familiares de alcohólicos, Laura vivió en negación por mucho tiempo y descubrió que ella también estaba enferma y afectada por la dependencia de su padre, cuando fue casi adulta.

"Daba vergüenza asistir a grupos de ayuda y decir que era hija de un alcohólico, creía que el del problema era él, no yo. Pero he entendido que necesitaba apoyo para recuperarme y ayudar a mi padre a sobrellevar su enfermedad, porque lo primero que entendí es que uno nunca se sana de esto", sostuvo.

¿UNA ENFERMEDAD HEREDITARIA?

Laura asegura que con el apoyo de sus compañeros de grupo, logró sanar su alma y apoyar a su padre. Sin embargo, a pesar de que le gustan las reuniones familiares y amistosas debe poner atención en el alcohol.

"El alcoholismo es una enfermedad que no se cura, como hija de un alcohólico yo debo tener cuidado, pues podría estar un alcohólico dormido en mí. Durante las celebraciones yo brindo y comparto con mis amigos, pero he tomado una decisión personal para no tentar la suerte", mencionó.

Ella ahora es parte del Grupo de Familiares Al-Anon (Alcohólicos Anónimos) de Oruro desde hace 20 años. Aunque su infancia y adolescencia no fueron fáciles, ha aprendido a sobrellevar la enfermedad de su padre y apoyarlo en su sobriedad durante varios años, antes de su muerte.

Fuente: LA PATRIA