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Domingo 04 de marzo de 2012

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Cultural El Duende

EL MUSICO QUE LLEVAMOS DENTRO

04 mar 2012

Fuente: La Patria

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Giacomo Puccini

Giacomo Antonio Domenico Michele Secondo Maria Puccini. Lucca, 22 de diciembre de 1858 –Bruselas, 29 de noviembre de 1924. Creció en una familia de músicos, quienes durante cinco generaciones fueron maestros de cámara del Duomo (Catedral de Lucca). Su padre falleció cuando él tenía cinco años; estudió música con su tío Fortunato Magi. Comenzó siendo organista y maestro de coro en Lucca. Se dedicó al teatro musical inspirado por Aida de Verdi en 1876 y cuya representación la conoció en Pisa, adonde llegó a lomo de mula. En este periodo compuso la cantata I figli d’Italia bella y el motete Per San Paolino.

En 1884, se unió a Elvira Bonturi, esposa del farmacéutico Narciso Gemignani, con quien vivió el resto de sus días. De la unión nació Tonio, su único hijo.

Luigui Illica y Giuseppe Giacosa escribieron los libretos de sus óperas más famosas: La Bohème, basada en la novela de Henri Murger Scènes de la vie de Bohème; la Tosca, melodrama histórico con temática de Victorien Sardou donde resalta el expresionismo musical y, Madama Butterfly, obra exótica basada en un drama de David Belasco.

Los primeros años del siglo XX tornaron difícil la vida de Puccini. El maestro era un apasionado de los automóviles y en 1903 sufrió un grave accidente. Tres años después falleció Giacosa quien había colaborado con sus obras maestras. En 1909, su aya, Doria Manfredi, de 23 años, al no poder soportar los celos de su esposa Elvira, se suicidó envenenándose. En 1912 murió Giulio Ricordi, editor de sus obras y a quien éste consideraba un segundo padre. A pesar de ello, en 1910 presentó La chica del Oeste y siete años después La golondrina, no obstante varios proyectos quedaron truncos.

Puccini se convirtió en compositor internacional lo que pudo alejarlo de la tradición italiana. Buscó la síntesis dramática máxima y la dosificación exacta de los tiempos teatrales en el recorrido emotivo hacia el espectador. En Italia solían acusarlo de comercial afirmando que su música no era ni italiana, ni rusa, ni alemana, ni francesa. No obstante se ganó la admiración de sus contemporáneos Stravinske, Schoenberg, Ravel y Webern.

Tomó de y el cuidado por el color local e histórico. La reconstrucción musical destaca en todas sus partituras: Turandot (China), Madama Butterfly (Japón), La fanciulla del West (Oeste americano), Manon Lescaut, La Bohème, La Rondine y Il Tabarro (Francia), Tosca (Roma papal), Gianni Schicchi (Florencia del siglo XIII), Suor Angelica (convento del siglo XVII).

El compositor cerraba herméticamente puertas y ventanas para impedir que la luz del día entrara en la estancia cuando componía sus óperas. Dedicaba la noche a corregir y perfeccionar cada sonido. Era fumador compulsivo y murió a consecuencia de un cáncer de garganta, por ello su última ópera, Turandot, quedó inconclusa. Las últimas dos escenas fueron completada por Franco Alfano. La noche del estreno, Arturo Toscanini que dirigía la orquesta, interrumpió el acto donde el maestro había dejado la composición, cuando muere Liu y el coro canta Liù, bontà perdona! Liù, docezza, dormi! Oblia! Liù! Poesía! Se volvió al público dejando la batuta, y con voz emocionada mientras bajaba el telón dijo: Aquí finaliza la ópera, porque en este lugar murió el Maestro.

Puccini fue enterrado junto a su esposa e hijo en la Casa Museo Puccini en Torre del Lago.

El arte, piedra de tribulaciones

El vínculo afectivo entre madre e hijo suele definir nuestra visión acerca de la vida. Giacomo Puccini perdió a su madre cuando más la necesitaba, por ello sus obras reivindican la pasión.

Prepárenme algo que haga llorar a la gente, pedía el maestro a sus libretistas. Mejor si lloran fuerte. Y lo más eficaz era una mujer que sufre. Sus personajes se adentran en el alma del público, conmueven y arrancan por los ojos el grito contenido: Le Villi, viuda antes de casarse. Mimí, cuya muerte derrite un témpano. Tosca, martirizada por un malvado. Cio-Cio San, abandonada por un frívolo marino. Minnie y su coraje en el lejano oeste. Giorgetta cuyo amante es asesinado. Sor Angélica que muere al morir su hijo. Magda, golondrina que perderá el amor soñado. Turandot la abnegada enamorada que es vencida sobre el cadáver de Liu.

Otros compositores se oponen a estos dramas elevando a la mujer por su astucia: Orfeo de Boris Godunov o las óperas cómicas: Barbero, Bodas de Fígaro, La Cenicienta, Fastaff, Cosi fan tutte, Doña Francisquita, Luisa Fernanda, además de operetas, zarzuelas y comedias musicales.

En todo caso, las obras de Puccini develan el sendero del dolor necesario. Al respecto, Luis Urquieta Molleda afirma: Ciertamente el sufrimiento no es el objeto ni la causa del hombre grande, del artista. Pero es su prueba, el filtro necesario de toda pureza. El arte es la piedra de toque de las tribulaciones. No es el dolor el que crea la grandeza en el arte, sino la victoria del artista sobre su dolor.

Fuente: La Patria
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