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Domingo 04 de marzo de 2012

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Cultural El Duende

Una aproximación a Los chicos de Tres Soles de Stefan Gurtner

04 mar 2012

Fuente: La Patria

Con ocasión de la entrega del libro “Los chicos de Tres Soles” de Stefan Gurtner, la Presidenta del PEN Internacional Bolivia, Melita del Carpio Soriano, valoró la obra de este artista suizo que ha sentado su hogar definitivo entre los niños marginados

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Confieso un sentimiento muy diferente de los que había experimentado ante un libro que sistematiza experiencias. Normalmente son libros fundamentados con teorías pedagógicas y sociales de fuerte carga especulativa. Muchas veces la vida de los seres humanos queda en segundo plano para que no se diga que el trabajo adolece de rigor científico. Ahora pienso que esta manera de escribir la experiencia ha sido la mejor: la más acertada para una historia tan llena de vida, intensa e interesante. Se encuadra en cierta línea investigativa que toma las historias de vida como material de análisis y reflexión.

Los chicos de tres soles es un libro que captura desde el principio. No es posible dejar de leer las 238 páginas que parecen un caleidoscopio de historias entretejidas con admirable habilidad en estructura de muñeca Mariuska. Una gran historia contiene otra y esta, otra más. Todas lineales pero a la vez profundamente interesantes. Mucho más cuando uno sabe que no es un libro de ficción. Se trata de historias reales, tremendamente reales que superan considerablemente a la ficción.

A través de las historias de vida transcurre la historia de Tres Soles, una obra social, pedagógica y artística dinamizada, soñada, vivida, sufrida y construida por Stefan Gurtner y las personas (educadores, voluntarios, psicólogos, donadores) que lo van acompañando, no siempre las mismas, a lo largo de muchos años de trabajo silencioso y extraordinario.

Sin embargo, la fuerza de la vida de los niños de Tres Soles tiene siempre un primer plano. En la medida en que la obra conjunta, el sueño compartido y construido en tantas horas, en tantos días y noches insólitos para la mayoría de nosotros se va consolidando, es ella la que toma al protagonista no ya como el drama de un ser humano, sino de una verdadera y real comunidad que busca su destino, que lo va construyendo día a día a pesar de los contrastes, las contradicciones, los desalientos y también de los logros impensables para la situación inicial en la que comenzó el proyecto allá, en un comedor popular de una ladera de la Paz, donde Stefan encontró a los primeros niños y adolescentes de esta historia. Y fueron ellos los que lo incitaron con sus sueños:

“Hemos decidido salir del comedor antes que nos vengan a recoger para ir al reformatorio, y hemos decidido quedarnos juntos si tú vienes con nosotros.

–Ah sí? ¿Y adonde iremos, por favor?

–No importa a dónde, contestó Wilmar sacando la cabeza entre Douglas y Cevero.

Y ante las imposibilidades mencionadas de una casa y un terreno otro chico:

–Allí en el valle hay unas cuevas– dijo Moisés enseguida y señaló con sus dedos mutilados algo incierto, las rocas por encima de los techos de la ciudad que se veían por la ventana.”

Los chicos desde el principio eligen un nuevo destino para ellos y Stefan se suma a ese deseo. Esta actitud es la actitud constante de este pedagogo innato. A partir de ese momento siempre vemos al guía Stefan, suizo, con planes literarios y profesionales en las primeras páginas cambiarlo todo por vivir con esos chicos en un mismo techo compartiéndolo todo: los riesgos, el proceso de transformación de los niños con todas sus contradicciones, el hambre, la marginación por meterse con chicos marginados y marginales. No es el europeo que pasa unas horas con los chicos en una choza, con goteras, sin vidrios con un piso lleno de charcos, porque la mayor parte del tiempo tiene una casa confortable. Se trata de convivir con ellos todas las horas, toda la vida. Son igualmente admirables todos los educadores que lo acompañaron aunque muchos tuvieron que irse de Tres Soles por diversas razones, desde las más lamentables hasta las más insólitas.

¿Cómo encarar adecuadamente un proceso educativo de niños de la calle, desahuciados ya de entrada por sus propias familias, por sus educadores, por la policía, por la sociedad toda?

¿Cómo pensar que sí era posible una oportunidad para niños que parecían destinados a ser devorados por las calles, por la indigencia, las drogas, el hambre y la soledad?

¿Tenían como cualquiera esos chicos, derecho a seguridad, amor, confianza sabiendo que muchas veces volverían a la calle y que serían arrastrados por las sombras del pasado?

¿Cómo convivir, amar y educar a niños víctimas del abuso sexual, de las consecuencias del abandono cruel de familias expulsivas, del desamor de sus padres, de una escuela inútil y absurda, de la violencia desmedida, del mundo del alcohol y de las drogas, de una sociedad profundamente autoritaria que cree en la violencia, en el palo y hasta en la crueldad para educar efectivamente?

Son muchas de las preguntas que Tres Soles encara, sus acciones son las respuestas y su espíritu el de no claudicar a pesar de tantas dificultades. Seguir buscando creativamente las maneras de que los chicos de Tres Soles crezcan como seres humanos asumiendo su vida, haciendo decisiones, ganando y perdiendo, a veces, incluso definitivamente.

TRES SOLES recuerda por su espíritu, procedimientos y enfoques al Poema Pedagógico de Makarenko. Stefan lo menciona en algún momento, es posible que resultara inspirador para él y para sus educadores. También Makarenko, como Stefan creyó en el trabajo organizado y en el teatro como camino liberador y formativo. También creyó en la formación de comunidades en las que los chicos se responsabilizaran de sus actos, socializaran reglas, normas y hasta sanciones para llevar adelante su comunidad. Y creo que efectivamente toda verdadera educación postula la fe en el ser humano como un ser libre, responsable de sus actos, capaz de vivir en comunidad siendo responsable de sí mismo y también de ella.

Todo el espíritu de TRES SOLES se contrapone a la mentalidad de solucionar los problemas sociales encerrando a las personas, eliminándolas de nuestros ojos, de nuestras vidas y hasta de la faz de la tierra. Nos demuestra que hay mucho que hacer antes de decir que ya nada es posible, que en ellos hay esperanza, hay posibilidades y hay mucho talento también.

Tres Soles abre un abanico de posibilidades dirigidas al trabajo para conseguir autonomía y autogestión de diversas maneras como grupo y también individualmente, pero los resultados más significativos se concentran en la obra artística que va detrás de un proceso formativo en varias etapas, desde el encuentro con el teatro como una forma de terapia, de juego, de distracción y de recreación, hasta la consolidación de una propuesta de verdadero nivel artístico y no de simple valor pedagógico.

Ojo Morado, el grupo de teatro de TRES SOLES es uno de los grupos más elogiados de teatro de los últimos tiempos en Bolivia. Ya ha asistido a festivales nacionales, sus miembros han recibido capacitación en el Teatro de los Andes al que ha dado un actor del nivel de Lucas Achirico y también ha viajado por Suiza y por Alemania llevando el nombre de Bolivia y el drama de los niños marginados de América Latina. Cesar Brie le dedicó elogiosos conceptos con motivo de la presentación de “El Principito” en la versión libre de OJO MORADO. Declaró sentirse “conmocionado” con esas vidas y con esa obra.

Y yo también tengo que decir emocionadamente que esta obra, que estas vidas conmocionan y sólo me sale un “gracias Stefan” por tu entrega, por tu respeto hacia nuestros niños, por tu mesura y honestidad para trabajar tanto y con tanta calidad por los niños bolivianos, por ponerlos en contacto con el arte como camino de sanación, de liberación y de felicidad.

No podrás llamarte extranjero nunca más porque nos has adoptado y te hemos adoptado definitivamente.

Fuente: La Patria
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